VICE ASESOR NACIONAL DEL MFC

Adrián Marzilli

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Primer Trabajo para M. F. C-. Vice Ases
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Primer encuentro   del  Movimiento Familiar Cristiano

Me parece muy importante empezar  esta primera reunión en este tiempo de cuarentena; tratando el tema de iglesia doméstica. Hoy cada casa se transformó en una iglesia, donde se celebra la santa misa, se reza el rosario junto con los sacerdotes de su comunidad donde se Adora a Jesús Sacramentado, pero este tiempo nos tiene que llevar a pensar y a desear encontrarnos con Jesús Eucaristía y en la misa Diaria en la Parroquia, también es un tiempo de conversión interior. Y yo me pregunto y les pregunto  que me está diciendo Dios con estos signos. 

El querido Papa San Juan Pablo II define Iglesia Domestica con estas palabras  ““Este templo de la Sagrada Familia es una obra que no está aún terminada, pero tiene solidez desde un principio, recuerda y compendia otra construcción hecha con piedras vivas: la familia cristiana, célula humana esencial, donde la fe y el amor nacen y se cultivan sin cesar. Que la familia sea siempre entre vosotros auténtica “Iglesia doméstica”, lugar consagrado al diálogo con Dios Padre, escuela de seguimiento a Cristo por los caminos indicados en el Evangelio, fermento de convivencia y de virtudes sociales en estrecha comunión con el Espíritu que habita en nuestras almas.” Es claro que el papel de la familia en la labor de evangelización no es ante todo una cuestión de programas, proyectos o estrategias. Todos estos elementos tienen su papel, pero son secundarios. Su papel es estar al servicio de lo que es esencialmente el amor entre el marido y su mujer el cual, santificado por eamor de Cristo, irradia a cada miembro de la familia.

La familia como "iglesia doméstica" es un lugar de encuentro con Cristo dentro de la comunidad de una familia cristiana en particular, un lugar donde cada miembro de la familia tiene un papel importante.

En otras palabras, la "misión" de la familia en la tarea de la evangelización es ser lo que es llamada a ser, esto es, vivir al diario como familia cristiana, o, como lo dijo a menudo San Juan Pablo II, "¡Familias, sean lo que son!" (Familiaris Consortio, 17)

La misión de la familia de "custodiar, revelar y comunicar el amor"—al igual que la comunidad parroquial—no existe en un lugar ideal. La verdad y belleza de la familia deben ser comunicadas a cada familia cristiana, incluso a las que son frágiles, están heridas o quebradas. Estas familias también pueden leer con confianza las palabras de San Pablo: "¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo?" (Rom 8, 35) Y es posible que encuentren en esa confianza un camino de esperanza y sanación.

Durante su visita a Filipinas, el Papa Francisco citó la necesidad de "familias santas y unidas para proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias". (Papa Francisco, Mensaje a las Familias en la Arena Mall of Asia) Construir la Iglesia Doméstica es una manera concreta en que Caballeros de Colón, en solidaridad con el Papa Francisco, puede ofrecer "familias santas y amorosas" para la misión evangelizadora de la Iglesia en nuestra época.

Les adjunto el texto  de Familiaris  Consorti  N17,  como así también  el mensaje del Papa Francisco a las Familia en la Arena Mall of Asia

 

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via lucis (enviado por nuestro Vice Asesor)

REFLEXIONES DE NUESTRO ASESOR NACIONAL

REEFLEXIÓN DEL MES DE ABRIL DE 2020 de nuestro Asesor Nacional

Padre Pablo Hernando Moreno OSA

 

Querida Familia Emefecista:

En primer término desearles, nuevamente, Felices Pascuas de Resurrección, rezando al Señor Resucitado nos acompañe en estos momentos tan difíciles para enfrentar el drama de la pandemia del coronavirus, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba. Frente a este

contagio, hay que anunciar y propiciar el contagio de la esperanza, como nos pedía el Papa Francisco en su Mensaje de la Pascua:

“¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”

“No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es esto la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no pasa por encima del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo,

transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios”.

Hermoso y alentado pensamiento que invade nuestro corazón de gozo, de alegría y de esperanza, precisamente en estos días que acabamos de rezar y de celebrar al Señor de la Divina Misericordia, en el pasado Domingo . El Señor de la Divina Misericordia nos invita reflexionar acerca del atributo divino del Dios bueno, amable, comprensivo y misericordioso, que siempre se

apiada de todos y da cada uno de nosotros. Recordamos la frase que el Señor le reveló a Santa Faustina: “Yo soy el amor y la misericordia misma, no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia”. Recurramos al Señor para que alivie nuestro dolor y nos brinde la fortaleza y la esperanza necesarias para afrontar esta guerra frente a un enemigo invisible.

Me acordaba de las palabras de nuestro Fundador, P. Pedro Richards, cuando escribía: “Cristo ocupa toda la gama de lo que puede ser un líder. Y trasciende todo ese horizonte puramente humano para perderse en su divinidad. “yo estaré con vosotros…” Así afirmó el Salvador antes de partir.

Y sería “hasta la consumación de los siglos”. No sólo con la Iglesia Universal sino, también, con la Doméstica (LG 11). Los esposos que han tenido la gentileza (como la pareja de Caná) de invitar a Jesús a sus bodas, siempre lo tendrán como compañero de ruta. Los casados podrán intentar echar a Jesús de su matrimonio. Pero Él no se irá porque su “amor es eterno” (Jer 31, 3). “Los

dones de Dios son sin arrepentimiento) (Rom 11,29). (Cristificando la Familia, páginas 156 y 157).

Jesús Resucitado no se irá de nuestro lado porque su:

  • Su misericordia y su perdón no tienen límites.
  • Su misericordia y su perdón vivifican, alientan, purifican y santifican.
  • Su misericordia y su perdón nos cura y nos salva. Hace presente a Cristo resucitado entre nosotros.
  • Su misericordia y su perdón nos hace amigos y testigos de la
  • resurrección.
  • Su misericordia y su perdón nos hace abrir nuestro corazón para ayudar, acompañar, esperanzar y resucitar.

Toda familia cristiana está llamada a ser testigo de la misericordia, que es la que conduce al amor por los débiles, los enfermos, los necesitados. Ella es la que nos hace levantarnos, seguir confiando y compartir lo que somos y tenemos. (Act.4, 32-35). Ser testigos de la resurrección por la misericordia, es proporcionar bálsamo a los que sufren, padecen o se sienten abandonados. Ser testigos de la resurrección, es “saber estar presentes y proporcionar paz: “Paz a vosotros”

(Jn 20, 19-21). Es “invitar a creer sin haber visto al Señor”. (Jn20, 28-29).

No vemos a Jesús, pero percibimos su aliento y su fuerza a través de la misericordia. Todo el misterio pascual, es fruto de la misericordia infinita de Dios. No hay Pascua sin misericordia.

Como testigos de la misericordia y del perdón, escuchemos las recomendaciones que nos ofrecía el Papa Francisco en su Mensaje Pascual y remarcaba el Domingo, nos pedía estar cerca de los sufren y de los que se sienten un poco cansados de esta cuarentena: “Este no es el tiempo de la indiferencia, porque le mundo está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia. Que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los prófugos y a los que nos tienen hogar.

Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas. Corremos el riesgo de que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí, que todo irá bien si me va bien a mí. Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren, todos somos frágiles, iguales y valiosos. 

Este no es el tiempo de la división, porque nos invita a aceptar el llamamiento la Paz del Resucitado, superando grietas y uniéndonos en un proyecto solidario comunitario, como hemos leído en la primera lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, “participaban en la vida común” (Hech2,42).

Este no es tiempo del olvido. Que la crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas”,

Tratemos de suprimir de nuestros labios y de nuestros corazones estas palabras indiferencia, egoísmo, división y olvido para implantar las dulces palabras de misericordia, perdón, gratitud, concordia, unidad y, por sobre todo, la alegría y el gozo pascual. Hagamos nuestras la recomendación de San Agustín:

“Los cuarenta días anteriores a la Pascua simbolizan este tiempo de nuestra miseria y nuestros gemidos; el tiempo de la alegría que tendrá lugar después, del descanso, de la felicidad, de la vida eterna y del reino sin fin que aún no ha llegado, está simbolizado en estos cincuenta días en que cantamos las alabanzas de Dios. El tiempo del gozo, del descanso y del reino, del que son expresión estos días, lo hallamos simbolizado en el Aleluya, pero aún no poseemos esas alabanzas, aunque suspires ahora por el Aleluya. ¿Qué significa el Aleluya? Alabad al Señor”.

Recemos con fervor el “aleluya” e invoquemos la protección de la Sagrada Familia de Nazaret todos los días Les saluda fraternalmente desde Cafayate.

 

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional del M. F. C.


DECALOGO DE LA VIDA

Decálogo de la Vida

1º. La Vida es un regalo de Dios, que nos concede para cuidarlo.

2º. “Toda vida humana, desde el momento de su concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo” (C I C nº 2318).

3º. “Desde su concepción, el niño tiene derecho a la vida. El aborto directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica infame, gravemente contraria la ley moral.” (C I. C nº 2322).

4º.  “El embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado medicamente como cualquier otro ser humano” (C. I. C. nº 2323).

5º. El consenso científico demostró en los últimos años que la existencia de un ser humano comienza tras la fecundación  dando lugar a un nuevo ser humano al que se denomina huevo, cigoto o embrión unicelular. En síntesis –redondea-, fecundación y concepción son coincidentes”. (Dra. Bottini de Rey). Los evangélicos tienen, centralmente, la misma posición.

 6º. El Artículo 19  de Código Civil y Comercial de La Nación, aprobado por la Ley 26.994, determina: “Comienzo de la existencia: La existencia de la persona humana comienza con la concepción en el seno materno”.

7º. El Congreso Nacional, en 1984 durante la presidencia del doctor Raúl Alfonsín, sancionó la ley 23.054 que aprobó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida igualmente como Pacto de San José de Costa Rica. En su artículo 4° trata el "Derecho a la vida", que dice: "1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho está protegido por ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente".

8º. Posteriormente en el año 1990, durante la presidencia del doctor Carlos Menem, se sancionó la ley 23.849 que aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea de las Naciones Unidas el 20/10/89. En el artículo 2° de la ley 23.849, el Congreso nacional hace la siguiente interpretación auténtica que dice: "Con relación al artículo 1° de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de la concepción y hasta los 18 años de edad". En el artículo 6° de la Convención ratifica: "Los Estados partes reconocen que todo niño tiene derecho intrínseco a la vida".

9º. Pero en la reforma constitucional de 1994 -fruto del llamado Pacto de Olivos acordado por el ex -presidente Raúl Alfonsín (UCR) y el presidente Carlos Menem (PJ)- se incorporaron a la Constitución nacional varios convenios internacionales, entre ellos, expresamente la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica y la Convención sobre los Derechos del Niño. Estando vigentes tales normas constitucionales, el Congreso nacional carece de toda aptitud para aprobar una ley que legalice el aborto y permita el homicidio de un indefenso niño por nacer, cuya vida está protegida por la Constitución nacional.

10. Con respecto a la prevención del embarazo, Bottini de Rey dice,  subraya que “la verdadera prevención pasa por la educación. Esta implica que varones y mujeres posean conocimientos precisos sobre su fertilidad, autogobierno frente a sus impulsos y que hayan desarrollado verdadera libertad y responsabilidad ante sus actos”.


Reflexión del Mes de Diciembre, 2019, del Asesor Nacional

Querida Familia Emefecista:

En este Domingo de la Sagrada Familia quería desearles a todos los Miembros del Movimiento Familiar Cristiano una Felices Fiestas de Navidad, bendecidas por la presencia del Niño Dios, que desde su cuna de Belén y desde el hogar de Nazaret nos siga protegiendo y fortaleciendo para cuidar, amparar y fortalecer la familia.

Muchos conocen el nuevo servicio que me ha pedido el Papa Francisco de hacerme cargo, por el fallecimiento de Mons. José Demetrio, de la Prelatura de Cafayate, en el Norte Argentino. Por esta causa he dejado la hermosa tarea de "asesor nacional" para dedicarme a la atención pastoral de la Prelatura.

Deseo agradecer a todo el Movimiento Familiar Cristiano, en particular a las Comisiones Nacionales, que me ha tocado acompañar, como a cada uno de Ustedes, por su confianza, compresión y amabilidad en invitarme a compartir su el carisma institucional de potencias y ayuda a vivir la vocación humana, cristiana y matrimonial siendo testigos de la fe y de los valores básicos de la Familia. Doy gracias a Dios por estos años pasados en su grata compañía. Al mismo tiempo pido disculpas por la ocasiones donde no he podido cumplir con sus demandas.

En este Domingo sigo reflexionado acerca de la Familia como embrionaria célula de la sociedad, que permite crecer a los pueblos y a toda la sociedad. Igualmente como comunidad de vida y de amor, para seguir protegiendo la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Hoy reflexionaba, tomando las enseñanzas del apóstol San Pablo en su carta a los colosenses, sus preciosas enseñanzas: "Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia".

El horizonte del matrimonio y de la familia es la totalidad del amor de Cristo, y por eso se puede decir que el matrimonio y la familia están llamados en Cristo a la santidad. La misión de la familia es, pues, una misión de santidad y una llamada a amarnos en la totalidad del amor de Cristo a su Iglesia.

La familia es la palestra para buscar la perfección del amor entre los esposos, entre los padres y los hijos, y alcanzar la santidad, como nos lo pide el Papa Francisco: "Debemos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca para el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar. En efecto la gracia del sacramento del matrimonio está destinada ante todo a perfeccionar el amor de los cónyuges. También aquí se aplica que "podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve" (1 Co13, 2-3). (A. L. nº 89).

La vida familiar de cada día, con su riqueza y variedad, , debe ser el camino para lograr la perfección. Debemos poner cada día lo mejor de cada de nosotros para ir tejiendo la perfección. No podemos esperar un camino de  santidad al margen de las exigencias y responsabilidades cotidianas de la vida familiar práctica, mezclada además con el complicado entramado de obligaciones, intereses y condicionantes que nos vienen del mundo profesional, económico, cultural y educativo. 

Se habrá de ir llenando de esfuerzo y entrega, de donación generosa, de trabajo y servicio generoso para poder recorrer el camino de las Bienaventuranzas. Debemos pedir y practicar en lo posible la mansedumbre y humildad en el trato de cada día y en toda ocasión. Igualmente nos debemos comprometer, como familia, con aquellos que necesitan y esperan de nuestra generosidad. Debemos crecer en justicia y, sobre todo, en misericordia, virtud central que, en la familia, se traduce en búsqueda de comprensión, en atención generosa, en perdón permanente y en consideración amorosa de todos.

Debemos mantener encendido el corazón en el fuego del amor verdadero, buscando la verdad y la purificación de nuestras relaciones, para no permitir que penetre entre nosotros nada que debilite o ponga en situación de riesgo nuestros hogares. La consideración, respeto y acogida del diferente, la comprensión de las situaciones, la aceptación del sufrimiento son rasgos de la familia que vive la Bienaventuranza de la paz y que "acepta cada día el camino del Evangelio, aunque nos traiga problemas", como nos recuerda el Papa Francisco (G.E. nº 94). 

Hagamos nuestro el ideal que el Papa Francisco nos propone como triple: Una familia que ora, que conserva la fe recibida de sus mayores y que vive la alegría, que los ángeles prometían a los pastores en Belén: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoyen Belén ha nacido un Salvador" (Lc. 2, 10-11).

Les deseo un Nuevo Año, 2020, próspero y fructífero con la grata compañía del Niño Dios que inunde sus corazones de armonía, paz y amor para transitar cada día nuestro camino de santidad    

     

P. Pablo Hernando Moreno

Administrador Apostólico Prelatura de Cafayate

 

El Padre Pablo Hernando Moreno fue designado Administrador Apostólico

https://vallecalchaqui.com/contenido/120333/el-padre-pablo-hernando-moreno-fue-designado-administrador-apostolico


REFLEXION DEL MES DE SETIEMBRE DE 2019

Querida Familia Emefecista:

Cuando comienza el mes de septiembre, mes dedicado a la Sagrada Escritura, mi pensamiento evoca los años de mi niñez, cuando mis padres, al terminar las jornadas diarias y reunidos alrededor de la mesa, nos leían un capítulo de la Biblia, con una particular devoción, como precioso colofón del día con la Palabra de Dios. Son momentos que me ayudaron a saborear, para toda la vida, los mensajes bíblicos.

En estos días, inicio de la primavera y previos a nuestro Encuentro Nacional en Villa Giardino, les invito a seguir cultivando la lectura, la meditación, la oración y la vivencia de la Sagrada Escritura, donde sabemos vamos a encontrar el manjar oportuno y delicioso para nuestra vida familiar y personal.

Se nos ofrecen como pasos para una lectura provechosa de la Sagrada Escritura estos conocidos pasos:

* 1º. Detenernos unos instantes, guardando silencio, para invocar la ayuda del Espíritu Santo, que nos abra la inteligencia y el corazón, para saborear la Palabra de Dios. "El Espíritu, que viene en auxilio de nuestra debilidad y nos enseña a orar como conviene"  (Rom 8, 26). San Agustín nos recuerda que la Biblia es la "carta de Dios a cada uno de nosotros", pero debemos leerla bajo el influjo beneficioso del Espíritu.

* 2º.Una lectura clara y pausada. Si queremos que la Palabra de Dios nos alimente y aproveche a todos, debemos hacer como en la comida, con sosiego y saboreando cada palabra. No se trata de comer mucho sino de digerir bien los alimentos. Igualmente la lectura de la Palabra debe escucharse y comprender cada palabra.

El Catecismo de la Iglesia Católica en el numero 2654 señala: "Buscad leyendo, y encontraréis meditando; llamad orando, y se os abrirá por la contemplación". Hay que leer buscando lo que Dios quiere decirnos, cada cita, cada texto, cada versículo de la Biblia tiene algo que decirte, para encontrarlo hay que meditar y reflexionar cada palabra, despacio, sin prisa, repasando lo leído para comprender cada vez más y mejor.

* 3º. El tercer paso es meditar o contemplar la Palabra de Dios: “No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: "Medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas" (Jos 1, 8).

Les invito a releer el capítulo "¡Es vuestro Día, Irrepetible!" del libro Cristificando la Familia. El P. Richards, nuestro Fundador, nos va desmenuzando los textos de la Liturgia de Casamiento, aprovechando para hablarnos de muchos otros pasajes: 

"Esas lecturas retrotraen a páginas inolvidables de las Sagradas Escrituras. ¡Cuánto tienen que decirles a estos que avizoran el horizonte y quisieran una guía para no errar el camino!" (pág. 57). ”

  La Biblia sirve para iluminar la acción de los cristianos, debe ser la inspiradora frecuente de nuestra meditación para mejorar nuestra vida y el texto principal para nuestra propia evangelización.

* 4º.En el cuarto paso se nos invita a orar. El pensamiento que hemos leído de la Sagrada Escritura nos induce a la oración, como nos dice el Apóstol San Pablo: “Orad al mismo tiempo también por nosotros para que Dios nos abra una puerta a la Palabra, y podamos anunciar el Misterio de Cristo" (Col 4,3).

Una oración de agradecimiento por las palabras leídas y meditadas, que nos elevan hacia el Padre Celestial, al mismo tiempo una oración de petición, invocando la fortaleza del Señor para alcanzar las aspiraciones, que nos va mostrando la Palabra de Dios y poderlas llevar a la vida cotidiana. 

Sin oración no es fácil asimilar las enseñanzas que el Señor nos ofrece en la lectura. La oración prepara nuestro corazón para hacer germinar la semilla recibida. Si la Oración se hace sinceramente, entregada, con fe y confianza en Dios y en su voluntad, y humildemente se tendrá en este momento una verdadera experiencia de Dios, un encuentro vivo con Cristo que es la Palabra de Dios que nos habla.

  * 5º. La oración con impulsa a la acción, que es precisamente el último paso de nuestra lectura bíblica, siguiendo el consejo del Apóstol San Juan: "Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él" (1 Jm 2, 6),

La lectura en oración y la comprensión de la Palabra de Dios conducen necesariamente al amor, a la conversión, llaman al cambio de vida e invitan a dar testimonio en el mundo. Este proceso nos lleva a escuchar la voz de Dios y hacerla realidad en nuestra vida personal, familiar y social.

Es como un impulso a liberarnos de la esclavitud de la indiferencia, del pesimismo, para lanzarnos al compromiso cotidiano y permanente de una vida marcada por la santidad y la entrega total a Dios y a nuestros hermanos. El hombre creyente al contrastar la enseñanza del Evangelio con los problemas que surgen de la vida de la sociedad, tiende a asumir compromisos para extender el reinado de Dios y hacer que llegue a todos los hombres la salvación y la civilización del amor. Desde una vida cristiana auténtica, en unión con la doctrina de la Iglesia, se da una lectura muy profunda de la Escritura y una experiencia del Dios cristiano.

Hoy particularmente la familia debe ser la transmisora de la fe para la sociedad de hoy. Existe una crisis de confianza sobre la familia, por haber perdido algunos de los valores humanos y cristianos en la actualidad. La lectura de la Sagrada Escritura debe ayudar a los padres, a los abuelos y a los hijos mayores a manifestar por medio del respeto y del compromiso diario el amor de Dios Padre, que se hace presente cada día. 

Me agrada este pensamiento de San Ambrosio: "Cuando leo la divina Escritura, Dios vuelve a pasear por el Paraíso terrestre".

Permitamos que el buen Dios pueda pasear, acompañar y santificar cada una de nuestras familias.

Es el deseo que pido para cada una de las Familias de nuestro Movimiento Familiar Cristiano de nuestro País, en estos momentos difíciles que estamos viviendo.

Les saluda en estos días y espero vernos todos unidos en el Encuentro Nacional. Reciban mi bendición. 

 

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Julio´ 2019 del Asesor Nacional

Querida Familia Emefecista:

Estamos viviendo uno de los momentos importantes de nuestra vida democrática en la República Argentina, como sucede cada cuatro años, con la celebración de las elecciones. Primero las PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), en el próximo mes y más adelante las Elecciones Generales. Son momentos históricos que nos obligan a participar, de acuerdo a la Ley Electoral,  como ciudadanos conscientes. 

Es por ello que me parece sumamente necesario recordar nuestros principios cristianos, de acuerdo a la Iglesia Católica y, por supuesto, a nuestro Movimiento Familiar Cristiano. Recuerdo el discurso del Papa Emérito, Benedicto XVI, pronunciado ante el Partido Popular Europeo, que les afirmaba con todo énfasis:

 

"En la medida en que afecta a la Iglesia católica, el interés principal de sus intervenciones en la vida pública se centra en la protección y la promoción de la dignidad de la persona y por ello presta particular atención a los principios que no son negociables.

Entre éstos, hoy emergen claramente los siguientes:

–protección de la vida en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural;

–reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como una unión entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible;

–la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos.

Estos principios no son verdades de fe, aunque queden iluminados y confirmados por fe; están inscriptos en la naturaleza humana, y por lo tanto son comunes a toda la humanidad. La acción de la Iglesia en su promoción no es por lo tanto de carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, independientemente de su afiliación religiosa".

Principios que han sido reafirmados por el Papa Francisco en su Exhortación "Amoris Laetitia, de una otra manera.

Además tenemos que añadir otro tema, que se lo recordaba en el Encuentro Nacional del año pasado, celebrado en Villa Giardino, y que está imponiéndose en muchos ambientes, en el campo educativo y en la vida real. Hago alusión, de nuevo a la Ideología de Género: Otra bomba de tiempo que debemos conocer y desactivar para que no destruya la familia y la sociedad.

¿En qué consiste la ideología de género? Se trata de un pensamiento fundado en un relativismo individualista y egoísta, que desarticula la natural  sociabilidad humana, rechazando la sexualidad natural y estable de la pareja humana, tachándola de represora. La ideología del género quiere establecer la sociedad del hedonismo, pues considera que los seres humanos pueden alcanzar la felicidad en la realización de sus propios deseos sexuales sin límite moral, legal e incluso corporal alguno, utilizando para ello la eugenesia, (mejorar la raza heredada), el control de natalidad incluido el aborto y la supresión de la diferencia sexual. 

Debemos abordar, también lo hice en el Encuentro Nacional del pasado año, el peligro de la "eutanasia", bajo la denominación de "muerte digna". Lo recuerdo por el reciente caso ocurrido en la católica Francia. Me refiero al caso del joven Vincent Lambert.

La Universidad Católica de Valencia considera que “la muerte de Vincent Lambert tras retirarle la hidratación y la alimentación es un acto objetivamente eutanásico, ya que, aunque padecía graves lesiones cerebrales, no estaba en coma ni en fase terminal".

El mismo Papa Francisco se puso en contacto con su madre, Viviane Lambert, por teléfono, confirmó el director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, según informa Vatican News. En una entrevista con Lifesite news, la madre de Vincent confió que había recibido un mensaje “conmovedor” y “personal” del Papa, en italiano, en su teléfono móvil, a través del cardenal Philippe Barbarin. El día de su muerte, publicó un tweet: “Que Dios Padre acoja a Vincent Lambert en sus brazos. No construyamos una civilización que elimine a aquellos cuyas vidas ya no consideramos dignas de ser vividas: toda vida tiene valor, siempre”.

Recordemos que los gobiernos deben procurar la atención debida y necesaria para todo enfermo. Además la familia juega un papel decisivo en la atención a los enfermos y ancianos, como decíamos en el Encuentro Nacional: La familia es clave para las personas mayores. La vida de la mayor parte de las personas de edad avanzada se enriquece por la presencia de las personas que comparten su día a día o la mayor parte de sus momentos con ellos. La gran mayoría de las veces ese hueco lo ocupa la familia, que es nuestra fuente primaria de apoyo emocional y juega un papel fundamental, proporcionando sentimientos de arraigo, seguridad, capacidad, autoestima, confianza y apoyo social.

Precisamente al hablar de la familia deseo referirme a la última Exhortación Apostólica el Papa Francisco dirigida a los jóvenes, que son el presente y el futuro de la familia, pues ellos viven en cada hogar aportando su fortaleza y su entusiasmo a los padres y a los mayores de cada hogar. 

El pensamiento se dirige directamente a los jóvenes, creo que lo podemos aplicar a todos nosotros, en particular a cada una de las familias. En el Evangelio encontramos esta gran verdad: "El Señor Jesús es luz del mundo" (Jn 8, 12). Todos somos llamados, siguiendo el ejemplo del Señor, a "encender estrellas en la noche de otras personas, nos invita a mirar los verdaderos astros, esos signos tan variados que Él nos da para que no nos quedemos quietos, sino que imitemos al sembrador que miraba las estrellas para poder arar el campo. Dios nos enciende estrellas para que sigamos caminando: 'Las estrellas brillan alegres en sus puestos de guardia, Él las llama y le responden' (Ba 3, 34-35). Pero Cristo mismo es para nosotros la gran luz de esperanza y de guía en nuestra noche, porque Él es 'la estrella radiante de la mañana' (Ap. 22, 16)".

Hoy roguemos a nuestro Señor Jesucristo nos haga participar de su luz para iluminar a nuestra sociedad y a la Iglesia en este peregrinar hacia la Casa del Padre. San Agustín nos invita a invocar a "Dios, luz espiritual, en quien, de quien y por quien se hacen inteligibles todas las verdades" (Soliloquios 1, 1).

Muchas Felicidades a todos los abuelos y las abuelas en su día, el 26 de Julio, donde celebramos la memoria de los Santos Joaquín y Ana, los padres de la Santísima Virgen María. 

Protegidos bajo el manto de María, reciban mi afectuoso saludo

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional


REFLEXION DEL MES DE JUNIO DE 2019

Querida Familia Emefecista:

Iniciamos Junio, el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, que nos invita a ponernos a los pies de su imagen, con su mirada misericordiosa y tierna, para invocar su ayuda y protección. Me recuerda de unas palabras del Papa Francisco, a los pocos meses de sumir su servicio petrino, que nos decía: " En nuestra familia nos han enseñado a relacionarnos con el Señor, a dialogar con Él desde que éramos pequeños, nuestros padres nos acostumbraron a iniciar y a terminar el día con una oración, para educarnos a sentir que la amistad y el amor de Dios nos acompañan" (Audiencia 1 de Mayo de 2013).

Debemos conservar y acrecentar esta costumbre familiar para fortalecer la vida familiar y transmitir a los hijos y a los nietos algo tan hermoso, como es ponernos a los pies del Sagrado Corazón de Jesús para que guíe nuestros pasos de cada jornada. Es una tradición cristiana que nos enorgullece y alienta todos nuestros actos.

El Domingo, 16 de Junio celebraremos el Día del Padre, Solemnidad de la Santísima Trinidad. dentro del feriado largo por la conmemoración de la muerte del General Juan Martín de Güemes.

Es un día particular donde debemos agradecer a nuestros padres el regalo de la vida y la educación que nos brindaron. Debemos abrir la Exhortación del Papa Francisco y releer en el capítulo quinto: 

“Los niños, apenas nacidos, comienzan a recibir como don, junto con la comida y los cuidados, la confirmación de las cualidades espirituales del amor...Ambos, varón y mujer, padre y madre, son cooperadores del amor de Dios Creador y en cierta manera sus intérpretes. Muestran a sus hijos el rostro materno y el rostro paterno del Señor (nº 172).

"La figura paterna, por otra parte, ayuda a percibir los límites de la realidad, y se caracteriza más por la orientación, por la salida hacia el mundo más amplio y desafiante, por la invitación al esfuerzo y a la lucha" (nº 175). 

Los padres son cooperadores e intérpretes del amor de Dios Creador, es decir, obran conjuntamente para educar, acompañar y desarrollar  todas las potencialidades de sus hijos. Nos lo ha vuelto a recordar el Papa en su última Exhortación Apostólica "Chistus Vivit", dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios: 

"Crear hogar en definitiva es crear familia; aprender a sentirse unidos a los otros más allá de vínculos utilitarios o funcionales, unidos de tal manera que sintamos la vida un poco más humana. Crear hogares, casas de comunión, es permitir que la profecía tome cuerpo y haga nuestras horas y días menos inhóspitos, menos indiferentes u anónimos. Es tejer lazos que se construyen con gestos sencillos, cotidianos y que todos podemos realizar. Un hogar, y lo sabemos todos muy bien, necesita de la colaboración de todos. Nadie puede ser indiferente o ajeno, ya que cada uno es piedra necesaria en su construcción" (nº 217). 

Crear hogar es comenzar cada día con la ilusión de sentirse cercano a cada uno de los miembros de la casa; es aceptar a cada uno como es, con sus fortalezas y debilidades; es acompañarse mutuamente en el trabajo y en la recreación; es prepararse todo el día para servir en los pequeños detalles y hacer felices a los demás, siendo nosotros igualmente felices; crear el hogar es saber dar responsabilidades a los hijos y a los nietos para que vayan asumiendo sus tareas y puedan crecer sanamente; crear hogar es proveer, con palabras y con gestos, el ambiente familiar poniendo amor y ternura; crear hogar es practicar el diálogo, sabiendo escuchar con serenidad y responder con tranquilidad; crear hogar es elogiar a cada uno de los miembros por las tareas bien realizadas, que nos brindan cada día. 

A todos los papás les deseo una jornada feliz y gozosa, acompañados por la presencia de toda la familia.

Deseo terminar esta reflexión reforzando nuestra "campaña de oración" en favor de la vida, bajo los lemas que todos conocemos: "Salvemos las dos vidas"; "Toda vida vale", de nuestros Obispos; "Abrazar todas las vidas, toda la vida" de la Acción Católica Argentina.  

Nuevamente se ha presentado la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. formulada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, coincidiendo con el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. 

Una vez más debemos elevar nuestras plegarias y ofrecer nuestros sacrificios para tratar de implantar una mentalidad en favor de la VIDA. Recordemos que el P. Pedro Richards ya nos avisaba de la "mentalidad anti-bebe, citando las palabras de San Juan Pablo II: "Ha nacido así una mentalidad contra la vida como se ve, en muchas cuestiones actuales". Nos ofrecía como soluciones sembrar en los padres actuales y en los que se sientan llamados a la vocación matrimonial, considerar al hijo como el fruto, el reflejo y el signo el amor conyugal y vivo testimonio de la entrega plena y recíproca de los esposos. (Cfr. Cristificando la Familia, capítulo ¿Más bebes?, pag.161-166).

Sigamos firmes en nuestra cadena de oración en defensa de la vida y en protección del matrimonio y de la familia, en particular en este mes de Junio, invocando la bendición abundante del Sagrado Corazón de Jesús.  

Reciban mi afectuoso saludo en especial a todos los "papas" en su día

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Abril 2019 del Asesor Nacional

Querida Familia Emefecista:

El pasado sábado, 23 de marzo, se ha llevado a cabo una nueva MARCHA POR LA VIDA, en honor al Día del Niño por nacer, en Buenos Aires y en 200 ciudades y localidades del país. Todos se han movilizado bajo el lema: "Hay que proteger al niño por nacer y a la madre".

Merece la pena transcribir algunos de los comentarios de los periódicos del Domingo, día 24 de marzo, con el título: Multitudes por la Vida. "Miles de argentinos marcharon ayer en contra de la legalización del aborto y en favor a los derechos del niño por nacer”. La multitudinaria movilización, que congregó a unas 300.000 personas en la Ciudad según los organizadores, se replicó en unas 200 localidades del país. La cifra ascendería a 2.400.000 al sumar todos los concurrentes de las diversas marchas organizadas.

La Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, expresó -días atrás- su acompañamiento a la marcha. 'Nos sumamos a cada una de ellas, sin confrontaciones, respetando el derecho a la libre expresión que debe primar en estas horas difíciles de diálogo y encuentro entre los argentinos".

Todo el Movimiento Familiar Cristiano en la Argentina debe unirnos en estas marchas en favor de la Vida y de la Familia, en especial con la oración y el sacrificio para que impere la verdad y la defensa de las dos vidas, tanto de la madre como del hijo. 

Quiero recordarles las enseñanzas de la Conferencia Episcopal Argentina en este importante día del Niño por nacer: "Las culturas cambian, pero los fundamentos esenciales de las personas permanecen. La Ley de Dios y el sentido común nos han enseñado que la vida es un gran bien que debemos preservar desde el momento que comienza" (CEA, "Una cuestión de vida o muerte", 23 de agosto de 2006).

Conocemos y acompañamos a las mujeres, a los padres y a las familias que viven situaciones injustas, dolorosas y a veces dramáticas, justo cuando está por llegar una nueva vida. Pero no sucumben a las presiones e indicaciones de muerte que reciben de su alrededor, incluso de algunas instancias de la sociedad civil. La solidaridad y la esperanza de la comunidad cristiana se hacen presente por medio de personas e instituciones que, en nombre de Dios, anuncian el gozo del Evangelio. El Papa Francisco nos recuerda que: "La alegría cristiana no es una alegría que se construye al margen de la realidad, ignorándola o haciendo como si no existiese. La alegría cristiana nace de una llamada –la misma que tuvo San José - a tomar y cuidar la vida, que nos interpela a custodiar la vida y ayudarla a nacer y crecer" (Francisco: Carta a los obispos en la Fiesta de los Santos Inocentes, 2016).

En este día, queremos recordar lo que ya dijéramos hace unos años: "No hay una vida que valga más y otras menos: la del niño y el adulto, varón o mujer, trabajador o empresario, rico o pobre. Toda vida debe ser cuidada y ayudada en su desarrollo desde la concepción hasta la muerte natural, en todas sus etapas y dimensiones" (CEA, 107 Asamblea Plenaria. 8 de mayo de 2014). Debemos educar para aceptar y acoger toda vida humana sin discriminación, especialmente las más vulnerables y excluidas.

Que María, Madre de Dios y Madre nuestra, nos ilumine para festejar el don de la vida y nos ayude a desarrollar un mundo más pacífico y justo, donde los niños puedan disfrutar de una vida plena y puedan construir una Patria de hermanos, la “Civilización del Amor".

Les recomiendo la lectura del capítulo " ¿Cunas o ataúdes?" del libro Cristificando la Familia, página 134, de nuestro P. Pedro Richards, donde nos recuerda las palabras del Concilio Vaticano II: 'En el deber de trasmitir la vida humana y educarla (lo cual hay que considerar como su propia misión), los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes."

Recemos a Nuestra Madre la Virgen de la Anunciación que ayude a cada una de la familias de nuestro Movimiento Familiar Cristiano a ser auténticos cooperadores del amor de Dios cuidando y protegiendo la vida en todas sus etapas, desde la concepción hasta el ocaso natural de la misma.

Bajo el manto celeste de la Virgen María, les saluda afectuosamente 

  P. Pablo Hernando Moreno

        Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Diciembre, 2018, del Asesor Nacional

 

Querida Familia Emefecista:

El próximo Domingo, 30 de diciembre, celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Me parece oportuno, en este ambiente de Navidad, ponerle el título de "La Familia, Buena Noticia".

Estamos concluyendo un año difícil, en el cual nos ha tocado defender, con mucha pasión y profunda convicción la vida, tanto de la madre como del hijo; en estos últimos meses se ha querido proponer, con fuerza, la ideología de género. El pasado 15 de diciembre se ha realizado la 2ª Marcha Nacional contra la ideología de género en muchos puntos de nuestro País. En todos los carteles se podría leer la palabra "familia" como centro y célula de nuestra sociedad.

Nuestros Obispos, en su Mensaje de la Navidad, nos invitan a recuperar las auténticas raíces cristianas y culturales de nuestra República Argentina, para que sigamos construyendo una sociedad con justicia, con amistad social y solidaridad con los más pobres.

En la Navidad celebramos la buena noticia del Hijo de Dios, que nació y vivió en una familia, lo que supone una redención y una santificación de la misma. Hay una garantía de gracias para los esposos que viven su amor sacramentalmente. Ellos pueden superar mejor las dificultades que se vayan presentando y abrirse a un crecimiento progresivo. Y es que ya no están solos, porque Cristo está entre ellos, como un sacramento permanente. Y convierte su casa, cimentada sobre roca - la roca de la fe y del amor - en una casa de Dios.

Siempre que construimos una casa hay que poner buenos cimientos. Es el mismo Jesús quien llama sensatos (Mt 7, 24)  a los que edifican su casa sobre roca, no sobre arena. Ya sabemos que la arena son las pasiones desordenadas, los egoísmos, como afirman nuestros Obispos " el desinterés por el sentido profundo de la vida y el olvido de los grandes valores".

Es necesario construir nuestra casa sobre el cimiento firme del amor. El Papa Francisco nos recuerda: " El amor nos lleva a una sentida valoración de cada ser humano, reconociendo su derecho a la felicidad . Amo a esa persona (esposo, esposa, hijo, hija,..) la miro con la mirada de Dios Padre, que nos regala todo para que los disfrutemos" (Amoris Lartitia, nº 96).

 

Debemos hacer nuestra y repetirla con frecuencia: "No hay amor más grande, que dar la vida por los amigos" (Jm 15, 13). Ese dar la vida día a día, momento a momento, pensando siempre en la otra persona, que Dios ha elegido para que nos acompañe, nos cuide, nos proteja.

Toda familia procede del Padre Dios y es una manifestación de su amor, como lo fue en la Familia de Nazaret. Siempre recuerdo la pequeña anécdota de la mesa redonda. San José había fabricado una mes con los lugares tradicionales: el llamado "cabezera" y dos lugares inferiores. ¿Quién debía colocarse en la cabezera? Primero se puso José, pero no se hallaba digno de ese lugar; después el Niño Jesús, pero al mirar los ojos de María, su Madre, le cedió el lugar; María, la esclava del Señor, tampoco se encontraba digna de tal lugar. José decidió serrar las esquinas y crear la mesa redonda, donde todos, padres e hijos, se sientan unidos por el mismo amor.

El amor de comunión, donde cada uno sabe vivir el rol, marcado por Dios, cumpliendo la tarea por Él encomendada, con generosidad y espíritu de servicio y entrega permanente. El amor siempre es dadivoso, no se cansa de obsequiar, todo le parece poco. No importa tanto la cantidad, sino el signo. Lo que importa que cada instante, como regalo permanente, lleve siempre la marca del aprecio - no del precio - del agradecimiento y del amor. Todo regalo de Navidad debe estar impregnado y perfumado por el amor.

Demos gracias a Dios por el regalo del los 70 Años de nuestro Movimiento Familiar Cristiano, que nos ha ayudado a renovar nuestro espíritu y retomar la fortaleza necesaria para seguir extendiendo este regalo del Señor a muchas familias que lo necesitan, como nos lo pedía nuestro querido Fundador, P. Pedro Richards, en su Testamento Espiritual:

"Esta generación de emefecistas tiene que proveer a los emefecistas del 2010 o 2040. Para eso la preparación remota, de la cual hablamos. Esos chicos van a ser o podrían ser (deberían ser) apóstoles del matrimonio del día de mañana. Prepárenlos para eso. No han venido a este mundo para acumular gastos, para acumular plata...Si no logramos meter esta mentalidad, que está en vosotros como estaba en Cristo Jesús, que teniendo muchas cosas que hacer se dedicó a ser miembro de una familia y quiso, de todas las profesiones, sacramentar sólo la del Matrimonio".

Les saludo fraternalmente y les deseo un Año Nuevo, 2019, repleto de Paz y Alegría en el corazón, con la bendición del Niño Dios.

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Agosto 2018 del Asesor Nacional

 

Querida Familia Emefecista:

Con sincera y profunda satisfacción he recibido la agradable noticia en favor de la defensa y protección de la VIDA. Los diarios de España la colocan en primera página con este titular:

"ARGENTINA ELIGE LA VIDA"

"El Senado rechaza la ley que permitía el aborto libre hasta 

las 14 semanas, y Cuba y Uruguay se mantienen como

los únicos países de Iberoamérica en los que abortar es legal"

En el Editorial del diario hispánico continúa con un hermoso y elocuente título y comentario: ARGENTINA DA UN "SÍ" A LA VIDA. El aborto no puede ser un derecho subjetivo de la mujer, porque matar a otro nunca es un derecho, ni siquiera en los casos de legítima defensa o estado de necesidad. La sólida convicción de la mayoría del Senado en defensa del derecho a la vida impidió que una tragedia, como la muerte provocada del feto en el vientre materno, se transformara en un derecho subjetivo de la mujer. Es inexplicable este empeño en implantar la muerte como solución irreversible a problemas que admiten otras vías de arreglo".

He abierto, una vez más, las páginas del Concilio Ecuménico Vaticano II en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual, que afirma con toda claridad: "La vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremados cuidados; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables" (nº 51,3). También abrí el Mensaje del Concilio, dirigido a la Humanidad: "Vosotras, las mujeres, tenéis siempre como misión la guardia del hogar, el amor a las fuentes de la vida, el sentido de la cuna. Estáis presentes en el misterio de la vida que comienza".

Como miembros y participantes del Movimiento Familiar Cristiano nos sentimos satisfechos de acompañar, proteger y defender la familia, siendo custodios del hogar y defensores de la vida. Así haremos de cada una de nuestras familiar un verdadero camino de santidad, como nos ha recordado el Papa Francisco. Una santidad que no debe manifestarse en milagros espectaculares, sino más bien es fruto de las pequeñas obras de cada día, realizadas en el seno de la familia, comunidad de amor y vida.

El Papa Emérito Benedicto XVI nos enseñaba siempre y nos recordaba siempre que existe una ecología de la persona humana, con una normas de vida que debemos respetar siempre y que no podemos manipular a nuestro antojo. Por eso nuestro Senado ha optado por proteger la vida del nasciturus para que no pueda ser eliminado, sino respetado y amparado como un auténtico ciudadano argentino más.

Es igualmente muy hermoso el pensamiento conciliar: "La mujer tiene como misión el amor a las fuentes de la vida y el sentido de la cuna". Esa vida que se inicia en el seno materno, como el espacio más sagrado para resguardar la fragilidad de la vida en su comienzos.

Estoy leyendo las Memorias de la Hermana Lucía, que como sabemos pudo ver y dialogar, junto a los Santos Francisco y Jacinta, de la presencia de la Nuestra Señora la Virgen en Fátima. Escribiendo sobre su madre, María Rosa Ferreira. nos relata dos hechos que nos pueden ayudar en este momento:

 

" Mi madre decía que el matrimonio era el árbol de la vida, que Dios había plantado en el jardín del mundo, y que el fruto de estos árboles eran los niños, que era preciso criarlos con mucho amor, educarlos con mucho cuidado, porque ellos venía a traer a la tierra la nueva vida con que Dios nos enriquece, y ellos son los que han de cuidad a sus padres en la enfermedad y en la vejez, hasta que Dios quiera llevarlos de la tierra al Cielo".

¡Cuanto respetamos un árbol! Nos da sombra, nos da frutos, nos embellece el paisaje. Cuanto más debemos respetar el árbol, que es la familia, y todos los preciosos frutos, que son los hijos, dentro de la ecología humana.

  Un segundo acontecimiento en la Familia de la Hermana Lucía es un hecho donde sobresale el cuidado y la presencia en el misterio de la vida. Su hermana Teresa por ayudar a una vecina en Alveijar, muy cerca de Cova de Iria, en el momento de dar a luz a su hijo, acudió a su hogar. No sabiendo que hacer llamaron al médico. Este, cuando la criatura nació, dijo a Teresa: "¡Esto es para enterrar, que está sin vida, se malogró!" 

Se retiró el médico, y ella comenzó a tratar a la criatura: acercó la boquita de la criatura a la suya y comenzó a soplar blandamente y a darle calor. Poco a poco fue notando que la criatura tenía vida y, poco a poco, fue comenzando a mover algunos de sus miembros; la envolvió en paños calientes y la puso en la cama junto a su madre para que se conservara caliente. De esta manera, con mucho amor y junto a su buena madre, la criatura se salvó.  

Sigamos rogando y suplicando a nuestra Madre la Virgen María, cuya Solemnidad de la Asunción a los Cielos vamos a celebrar el próximo miércoles, 15 de Agosto, que nos estimule para reflexionar sobre el altísimo regalo de la vida y la sigamos protegiendo como el más precioso y el principal derecho de toda persona humana. 

Unidos en la oración y preparándonos para nuestro Encuentro Nacional, les saluda afectuosamente

  P. Pablo Hernando Moreno

        Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Junio 2018 del Asesor Nacional

Querida Familia Emefecista:

En este momento de tristeza por la aprobación del proyecto de despenalización del aborto, en la Cámara de Diputados de la Nación, quiero compartir con ustedes estas breves reflexiones.

Ayer, jueves 14, me correspondía el servicio pastoral de la atención en el Cementerio de Chacarita, de la Ciudad de Buenos Aires, para acompañar y rezar, junto a los familiares, por el eterno descanso de nuestros hermanos que parten hacia la Casa del Padre Celestial. 

Providencialmente, más o menos, hacia las diez de la mañana, entraron en la Capilla un cajón blanco, con el pequeño cuerpo del niño "Emilio", que había fallecido por un espasmo bronquial. La madre no pudo estar presente por el inmenso dolor; estaba al padre, con los abuelos, que lloraban desconsoladamente. Acompañándoles estuvieron más de cien vecinos expresando su pesar.

En esos mismos momentos se aprobaba el proyecto, que en frase de Mons. Alberto Bochatey, delegado episcopal ante el Congreso y gran amigo, como agustino, "introduce la muerte de seres humanos como ley" y estimó en este sentido que "hay una gran fractura cultural inmensa, en la que para algunos, la vida del niño no tiene tanto valor como la de la madre".  

Al regresar a mi Parroquia de San Agustín venía pensando, cuantos "Emilios" encontrarán, en el seno de la madre, no el cariño materno y paterno, sino el ocaso de su frágil vida. No podrán disfrutar, ni por un instante de la sonrisa de una madre, de un cercano padre o de los hermanitos. Por todo esto, verdaderamente ayer ha sido una jornada de tristeza.

¿Cual debe ser nuestra postura? En primer lugar de sano orgullo y suma tranquilidad por haber participado en la defensa de la Vida, con el conocido lema: SALVEMOS LAS 2 DOS VIDAS, en las marchas realizadas, tanto en la Capital Federal, como en cada una de las Provincias y Localidades de nuestro extenso y rico País. ¡Hemos cumplido en forma satisfactoria nuestra labor!

En segundo lugar, además de proseguir nuestra oración por nuestros senadores, que sepan y quieran, como lo han pedido nuestros Obispos,  "buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto. La Cámara de Senadores puede ser el lugar donde se elaboren proyectos alternativos que puedan responder a las situaciones conflictivas, reconociendo el valor de toda vida y el valor de la conciencia".

Finalmente debemos volver, una vez más, a nuestros principios del Movimiento Familiar Cristiano, para seguir valorando la familia como la célula primordial del tejido social de la humanidad, como lo ha afirmado el Concilio Ecuménico Vaticano II: "La Misión de la familia de ser la célula primera y vital de la sociedad la ha recibido directamente de Dios" (Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, nº 11, 4).

El Domingo, 17 de Junio, celebramos el Día del Padre. Debemos agradecer a nuestros padres el habernos concedido el "don y regalo de la vida" y el habernos educado en "sabiduría, edad y gracia" (Lc 3, 52).

Nos recuerda el Papa Francisco: "Partamos de la edad, que es la dimensión más natural, el crecimiento físico y psicológico. José, junto con María, se ocupó de Jesús ante todo desde este punto de vista, es decir, lo 'crió', preocupándose de que no le faltase lo necesario para un desarrollo sano”

Pasemos a la segunda dimensión de la 'sabiduría'. José fue para Jesús ejemplo y maestro de esta sabiduría, que se alimenta de la Palabra de Dios. Podemos pensar en cómo José educó al pequeño Jesús en la escucha de las Sagradas Escrituras, sobre todo acompañándolo el sábado a la sinagoga de Nazaret.

Y por último, la dimensión de la 'gracia'. Dice San Lucas refiriéndose a Jesús: 'La gracia de Dios estaba con Él' (2,40). Aquí ciertamente la parte reservada a San José es más limitada respecto a los ámbitos de la edad y de la sabiduría. Pero sería un grave error pensar que un padre y una madre no pueden hacer nada para educar a sus hijos en el crecimiento en la gracia de Dios.

San José es el modelo del educador y del papá, del padre. Encomiendo, por lo tanto, a su protección a todos los padres, a los sacerdotes -que son padres-, y a quienes tienen una tarea educativa en la Iglesia y en la sociedad.

Pidamos para todos los papás la gracia de estar siempre muy cerca de vuestros hijos, ayudándoles a crecer pero cercanos. Ellos necesitan de vosotros, de vuestra presencia, de vuestra cercanía, de vuestro amor. Sed para ellos como San José de su camino; educadores, y caminad con ellos. (Audiencia General, miércoles 19 de marzo de 2014).

¡Feliz día del Padre para cada uno de ustedes!

Y en familia sigamos, más que nunca, unidos en la oración agradeciendo nuestra vida y salvando las dos vidas, bajo el manto celeste de nuestra Madre, la Virgen de Luján.       

  P. Pablo Hernando Moreno

Asesor  Nacional


Reflexión del Mes de Mayo 2018 

Querida Familia Emefecista:

Hoy, 15 de Mayo, celebramos en la República Argentina, el DÍA DE LA FAMILIA. Aprovecho esta linda fecha para felicitar a todas y cada una de las "familias" de nuestro querido Movimiento Familiar Cristiano, deseándoles mucha paz, alegría y santidad.

Santidad imitando a San Isidro Labrador, cuya fiesta hoy celebramos, casado con Santa María de la Cabeza. Una humilde familia de agricultores, que vivieron de acuerdo al mandato del Señor Jesús: "Sean santos, porque yo soy santo" (Lv 11, 45). La vida de Isidro y María de la Cabeza nuevamente pone sobre el tapete una indiscutible realidad: para ser santo basta con amar en todo momento. No hay más.

San Isidro, como buen hijo de Dios, supo dedicar su vida a Dios, a su familia y a su trabajo. Todos los días antes de iniciar su trabajo en el campo asistía a la Santa Misa, poniendo en manos de Jesús toda su jornada laboral. Cuenta la tradición de al acusarle de abandonar su arado por rezar, su patrono Juan de Vargas, se acercó al campo y vio que unos ángeles araban la tierra haciéndola producir abundantemente.

"La santidad es el rostro más bello de la Iglesia" nos acaba de  recordar nuestro querido Santo Padre Francisco con su nueva Exhortación Apostólica Gaudete et exultate (Alegraos y regocijaos). Sus primeras palabras son:

"El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida,

la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos

y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre,

aguada, licuada" (nº1).

 

Una santidad muy cercana a nosotros y al alcance de nuestros deseos, como nos lo expresa el Papa: "Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padre que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. Esa es muchas veces la santidad de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, la clase media de la santidad" (nº 7).

 

Seguiremos dialogando sobre esta interesante Exhortación Apostólica, pero también quiero compartir el pensamiento de nuestro querido fundador P. Pedro Richards, en el capítulo de su libro "Cristificando la Familia", cuando nos habla del "Año de la Familia" ¿Por qué?

 

Nos alerta de las sombras que empobrecen a la familia, como la poligamia, la plaga del divorcio, el así llamado amor libre; como también, otras lacras, como el egoísmo, el hedonismo, la prácticas inmorales anticonceptivas.  

 

Ante esta realidad nos inyecta un dosis de optimismo santificador, porque la crisis nos obliga a elegir y se pregunta: "¿Adónde va la familia?

Nadie pone en duda la potencialidad de la Familia. Surgió de debajo de los escombros de Hamburgo o Londres o Stalingrado como levantó cabeza, una vez más, después de la Revolución Francesa o el paso de Atila o el retorno del 'resto' después de 70 años en Babilonia. La Familia siempre resurge porque 'el Amor es más fuerte que la Muerte' (Cantar de los Cantares)".

 

Concluye el capítulo con estas palabras tan esperanzadoras: "Esta es la hora en que la Familia ha de ser presentada como el centro de la reflexión pastoral de la Iglesia. Esto es tanto más cuanto que las diversas formas de renovación proclaman que  necesitan de la Familia a fin de proceder a la acción. Si la Iglesia evangeliza y santifica la Familia, la Familia -a su vez- construye y santifica la Iglesia"

 

Prosigamos nuestra tarea pastoral de santificar la Familia para enriquecer a la Iglesia y al Mundo. Como nos lo pide el Papa Francisco: "No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerza, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser" (nº 32).

 

Roguemos al Espíritu Santo, cuya solemnidad celebramos el próximo Domingo, fortalezca nuestros corazones para esparcir la buena semilla en todas las Familias de nuestra sociedad argentina. Por eso concluyamos rezando: 

Ven, Espíritu Santo,

y envía desde el cielo un rayo de tu luz.

Lava nuestras manchas, 

riega nuestra aridez,

cura nuestras heridas,

suaviza nuestras durezas,

enciende nuestra frialdad,

corrige nuestros desvíos."

 

Les deseo a todas las Familias celebrar este día y rezar por nuestra Patria en este mes de mayo, tan memorable para corazón.

 

Unidos en la oración por la Vida y por la Familia

 

  P. Pablo Hernando Moreno

Asesor  Nacional


Reflexión del Mes de Marzo 2018 

Querida Familia Emefecista:

Todos somos conocedores de la decisión de nuestro Presidente de abrir el debate sobre el importante y delicado tema del "aborto", permitiendo que cada uno de los legisladores decida, de acuerdo a su propia conciencia.

Como Asesor Nacional del Movimiento Familiar Cristiano en la Argentina me adhiero al Comunicado de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, que ya está extendido en todo el País.

Igualmente quiero compartirles el texto de la Comisión Episcopal de Laicos y de la Familia, recientemente conocido:

La vida humana es bella y hay que cuidarla 

Reunidos en San Miguel, provincia de Buenos Aires, los integrantes de la Junta Nacional de Pastoral Familiar, conformada por los delegados regionales y diocesanos de dicha pastoral, por los presidentes de movimientos de familia de alcance nacional y los respectivos asesores eclesiásticos, expresamos nuestra alegría por el don de vida humana y, muy especialmente, por la vida concebida y gestada con amor en la familia. 

Nos sentimos identificados con la reciente Declaración de la Comisión Ejecutiva del nuestro episcopado, en la que se reconoce la verdad, el bien y la belleza que significa el don de la vida humana, y al mismo tiempo, se manifiesta la cercanía y solidaridad ante el dolor que causa una vida no deseada, consecuencia frecuente de abusos y violencia hacia la mujer. 

Estamos convencidos de que los argentinos somos capaces de salvar y cuidar toda vida humana que atraviesa períodos de vulnerabilidad y angustia. Jamás deberíamos permitir que nos sometiera el pensamiento de eliminar una vida para salvar otra. Juntos podemos optar siempre a favor de la vida humana, sobre todo allí donde se encuentre amenazada. 

Somos creyentes en el Dios de la Vida. Por eso, junto con todos los hombres y mujeres que valoran la vida humana a partir de los argumentos que aportan la ciencia y la razón, y las leyes vigentes y constitucionales que rigen sobre este tema, expresamos nuestro compromiso incondicional de cuidar, defender y promover la vida humana desde el instante mismo de la concepción, y en todas las circunstancias en las que esa vida se encuentre en riesgo. 

San Miguel, 25 de febrero de 2018 
Junta Nacional de Pastoral Familiar 
Comisión Episcopal de Laicos y Familia (CELAF).+

Nos unamos todas las Familias Emefecistas en oración sincera y constante rogando a Dios, nuestro Padre, ilumine a nuestros legisladores para que sepan debatir y "estén preparados para un diálogo sincero y profundo que pueda responder a este drama".

Les comento, como buena noticia, que esta mañana me acerque a la Delegación para las Causas de los Santos, en la Curia de la Arquidiócesis de Buenos Aires, para conocer el Movimiento de la Causa de Beatificación de nuestro querido Fundador, P. Pedro Richards. Estuve conversando con la Hna. Inés, encargada de dicha Delegación y me alentó a seguir dando los pasos oportunos sobre la Causa. Continuemos nuestras oraciones por su pronta beatificación. 

Al regresar a mi comunidad me puse a buscar en las páginas del libro "Cristificando la Familia" en el capítulo, que se lo recomiendo en estos días particularmente, ¿Más Bebes? Nos recuerda toda la doctrina de San Juan Pablo II en la Familiaris Consortio y en la Carta de los Derechos de la Familia.

Seguimos unidos en la oración en la positiva, activa y generosa defensa de la vida.

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional del M. F. C. 

En la Argentina   


Reflexión del Mes de Febrero 2018

Querida Familia Emefecista:

Hemos iniciado de la Santa Cuaresma, con la jornada del Miércoles de Ceniza, recién celebrado. El Papa Francisco, en su mensaje, nos recuerda "la Cuaresma es signo sacramental de nuestra conversión, que anuncia y realiza la posibilidad del volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida". El lema de este año es : "Al crecer la maldad, se enfriará el amor de la mayoría". Tomado del Evangelio de San Mateo 24, 12.

Dicho lema me parece muy fuerte y oportuno, ya que nos mueve a reflexionar tanto en el aspecto de nuestras acciones, como de nuestras omisiones, de las cuales somos todos responsables. El Santo Padre desea que abramos los ojos de la mente y del corazón para no dejarnos embaucar por los falsos profetas. En primer lugar por los "encantadores de serpientes, que se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas por el lucro o por intereses mezquinos".

Igualmente los "charlatanes , que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que resultan ser completamente inútiles, como la droga, las relaciones de usar y tirar, por las ganancias fáciles pero deshonestas".

Para fortalecernos en la caridad "la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno:

* dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos para buscar finalmente el consuelo en Dios;

* el ejercicio de la limosna para liberarnos de la avidez y descubrir que el otro es mi hermano; la limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos;

 * El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.

En esta Santa Cuaresma cada una de las familias emefecistas debemos prepararnos y estar "listos para zarpar", como nos pide el P. Pedro Richards, procurando que toda nuestra vida sea un navegar, proteger y valorar la familia, apoyados en Jesús, el Tercero de esta aventura sin retorno, sabiendo que Él ha empeñado su palabra y nos asegura: "Yo estaré con ustedes hasta la consumación".   

Agradezcamos al Señor la vocación al Matrimonio y proseguir en la tarea de trabajar con los dones que pone en nuestras manos y, sobre todo, en nuestro corazón para proteger nuestra familia y la de nuestros hermanos. Recordando las palabras de nuestro Fundador: "El Sacramento del Matrimonio tiene la materia sacramental la más noble: lo que se somete al proceso sacramental no es ni pan ni vino ni aceite o agua. Son personas las que quedan sacramentalizadas. Es éste el don tan preciado que se intercambian mutuamente los contrayentes" (Cristificando la Familia, pág. 7).

En este año, 2018, igualmente debemos acompañar a toda la Iglesia en la oración por los jóvenes, preparándonos para la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, donde se va a tratar la gran propuesta: "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional". En el Documento Preparatorio se pide a los adultos, que sean figuras de referencia para los jóvenes, figuras creíbles, que puedan acompañar en el discernimiento vocacional.

"Padres y familia: dentro de cada comunidad cristiana se debe reconocer el insustituible rol educativo desempeñado por los padres y por otros familiares. Son en primer lugar los padres, dentro de la familia, quienes expresan cada día en el amor que los une entre sí y con sus hijos el cuidado de Dios por cada ser humano. En este sentido son valiosas las indicaciones ofrecidas por el Papa Francisco en un específico capítulo sétimo de Amoris laetitia".

Sigamos rezando la Oración por la pronta Beatificación de nuestro querido P. Pedro Richards, que desde la casa del Padre Celestial no protege y acompaña.

Con el deseo de vivir intensamente les saluda con particular afecto

P. Pablo Hernando Moreno. OSA.

Asesor Nacional del M. F. C.     


Reflexión del Mes de Diciembre 2017

Querida Familia Emefecista:

El Domingo, día 3 de Diciembre, comenzamos el nuevo Año Litúrgico con el Tiempo de Adviento, donde se nos invita a escuchar la Palabra de Dios, con más intensidad, para preparar la venida de Jesús, nuestro Salvador, confiando plenamente en Él y esperándolo con mucho entusiasmo y profunda alegría.

Deseo agradecer a nuestro querido Movimiento Familiar Cristiano haberme permitido participar de la XXVIII Asamblea General Latinoamericana en Santo Domingo, donde he compartido unas hermosas jornadas con los Presidentes y Asesores de nuestro Movimiento de todo el Continente, tanto en la oración, como en la escuchas de los interesantes informes de todos los países participantes.

En esta Asamblea hemos presentado, podemos afirmar en forma oficial el inicio del Proceso de Canonización de nuestro Fundador, Padre Pedro Richards, recogiendo algunos testimonios para dicha causa. Además hemos tenidos la satisfacción de ver incluido este tema en el Manual de Procedimientos SPLA, que se nos entregó. También se nos entregó la nueva edición del libro Cristificando la Familia. Demos gracias a Dios por la posibilidad de profundizar más el pensamiento del P. Pedro Richards. 

La Reflexión de este mes de diciembre corresponde al Capítulo Octavo de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Un capítulo que se prestó a muchos comentarios periodísticos, que se fueron aplacando con el correr del tiempo. Su título es muy expresivo: Acompañar, Discernir e Integrar la fragilidad.

El capítulo comienza expresando el sentir de los Padres sinodales que afirman: "La iglesia iluminada por la mirada de Jesucristo, mira con amor a quienes participan en su vida de modo incompleto, reconociendo que la gracias de Dios también obra en sus vidas, dándoles la valentía para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan"(nº 291).

Precisamente por ese modo incompleto de participación sentimos la necesidad de acompañar a todos los miembros de la Iglesia en su fragilidad, que asemeja la tarea de la Iglesia a la de un hospital de campaña, como le gusta repetir al Papa Francisco. Este nos lleva a aceptar, como un método necesario hoy en la pastoral eclesial, el concepto de gradualidad, es decir que debemos ir dando paso por paso, con la intención de superar pruebas, con una "atención pastoral misericordiosa y alentadora" (nº 293), para "afrontar estas situaciones de manera constructiva, tratando de transformarlas en oportunidad de camino hacia la plenitud del matrimonio y de la familia a la luz del Evangelio" (nº 294).

Existen hoy, como siempre en la Iglesia, situaciones llamadas irregulares en muchos aspectos de la vida, que quizás hoy se han visto multiplicadas. Con mucha fuerza y convicción el Papa Francisco confiesa: "El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre y difundir la misericordia de Dios a todas las personas que la piden con corazón sincero. Porque la caridad verdadera siempre es inmerecida, incondicional y gratuita" (nº 296). 

En el campo concreto de cada día y "respecto a un enfoque pastoral dirigido a las personas que han contraído matrimonio civil, que son divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven, compete a la Iglesia revelarles la divina pedagogía de la gracias de sus vidas y ayudarles a alcanzar la plenitud del designio que Dios tiene para ellos, siempre posible con la fuerza del Espíritu Santo" (nº 297).

Insiste mucho la Exhortación en la tema de la integración en la vida eclesial, para que nadie se sienta "excomulgado, sino que puedan vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que les acoge siempre, los cuidad con afecto y los anima en el camino de la vida y del Evangelio" (nº 299). Por supuesto evitando siempre cualquier ocasión de escándalo. Esta integración presupone que no existen "recetas sencillas" (nº 298), sino que cada persona debe ser atendida de acuerdo a su problemática real. 

En esta camino surge la necesidad de discernir, a través del dialogo abierto y sincero la situación real de cada persona, para la "formación de una juicio correcto sobre aquello que obstaculiza la posibilidad de una participación más plena en la vida de la Iglesia y sobre los pasos que pueden favorecerla y hacerla crecer" (nº 300). 

La Iglesia comprende que cada persona y cada situación es distinta de las demás, como nos lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, que cita expresamente: "La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales" (nº302; Catecismo Iglesia Católica nº 1735). 

Siguiendo esta praxis de la Iglesia, el sacerdote "no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones 'irregulares', como si fueran tocas que se lanzan sobre la vida de las personas" (nº 305). Debe escuchar, discernir y "recorrer la vía caritatis. La caridad fraterna es la primera ley de los cristianos" (nº 306). 

Termina el Santo Padre proponiéndonos un "discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, que siempre se inclina a comprender, a perdonar, a acompañar, a esperar, y sobre todo a integrar. Esa es la lógica que debe predominar en la Iglesia, para realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales" (nº312).

Como deducimos la Iglesia nos ofrece un camino de caridad y de misericordia que debemos ofrecer, particularmente en las situaciones irregulares, con la plena firmeza, recordando siempre que "la Iglesia de ninguna manera debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza" (nº 307).

Seamos constantes en la oración para discernir en cada caso, en cada situación y para cada persona, aceptar la voluntad divina en nuestra vida.       

Feliz inicio del Tiempo de Adviento y un abrazo fraterno para toda la familia.

                                                                     P. Pablo Hernando Moreno

                                                                               Asesor Nacional           


Reflexión del Mes de Octubre 2017

 

Querida Familia Emefecista:

El Domingo pasado hemos celebrado el Día de la Madre. ¡Felici­da­des para todas las madres de nuestro querido Movimiento Familiar Cristiano! Yo recordaba el Domingo las cinco letras: M, de María; A, de Amor; D, de desear lo mejor para los hijos y toda la familia; R, de renovación constante de la madre en el hogar; E, de entrega generosa a los suyos.

Además el viernes, 13, hemos conmemorado los cien años de la grandiosa aparición de la Virgen en Fátima, ante los tres pastorcitos y una inmensa multitud de personas. Recuerden que nuestro Movimiento nació en una charla sobre la Virgen de Fátima, dictada por el sacerdote pasionista de treinta y seis años, llamado Pedro Richards, quien añadió al Mensaje de Fátima el tema familia (Pablo Cavallero, Amarás lo que conozcas, p. 5).

En este mes de la familia y de las misiones nos corresponde refle­xio­nar acerca del capítulo séptimo de la Exhortación Apostólica Amoris Lae­ti­tia, titulado: Fortalecer la educación de los hijos. Capítulo encuadrado dentro de la temática del actuar en nuestra vida cristiana.

El Papa Francisco comienza con una afirmación clara y precisa: "Los padres siempre inciden en el desarrollo moral de su hijos, para bien o para mal. Por consiguiente, lo más adecuado es que acepten esta función inevita­ble y la realicen de un modo consciente, entusiasta, razonable y apropiado" (Nº 259).

Cada uno de nosotros hemos recibido nuestra primera educación en el seno de nuestra familia, donde hemos aprendido a comportarnos como personas humanas, hemos ido apropiándonos de los gestos, de las cos­tum­bres y de las formas de actuar de nuestros mayores, que conservamos a lo largo de toda nuestra vida. 

Esta educación exige, por parte de los padres y de los mayores, que ha­yan generado "confianza en los hijos con el afecto y el testimonio, para inspirar en ellos un amoroso respeto" (Nº 263). Esta confianza permite que los hijos depositen en su padres toda su confianza necesaria para poder in­cor­porar y "desarrollar los hábitos buenos e inclinaciones afectivas a favor del bien" para que los valores interiorizados se traduzcan en comporta­mien­tos externos sanos y estables" (Nº 264 y 265). Estos hábitos o formas de ac­tuar van creando una disposición tan sólida en la persona, que persistirá a través de los años y de las diversas influencias externas. 

Debemos procurar particularmente ejercitarnos en la libertad. "La edu­cación moral es un cultivo de la libertad a través de propuestas, motiva­cio­nes, apli­caciones prácticas, estímulos, premios, ejemplos, modelos, sím­bo­los, refle­xio­nes, exhortaciones, revisiones del modo de actuar y diálogos que ayuden a las personas a desarrollar esos principios interiores estables que muevan a obrar espontáneamente el bien" (Nº267). Debemos lograr que el bien sea siempre nues­tro estilo cotidiano ante cualquier circuns­tan­cia. 

El Papa nos presenta la necesidad de sancionar al hijo, cuando no ha obra­do con rectitud, advirtiendo que se le corrige con amor y con el deseo de ayu­darle a crecer espiritualmente."Un niño corregido con amor se siente tenido en cuenta, percibe que es alguien, advierte que sus padres reconocen sus posibi­li­dades" (Nº 269). 

La educación presupone un conocimiento profundo de cada uno de los hijos, para saber hasta dónde se le puede exigir. "La educación moral implica pedir a un niño o a un joven sólo aquellas cosas que no les sig­ni­fi­quen un sacri­ficio desproporcionado, reclamarles sólo una cuota de esfuer­zo que no provoque resentimiento o acciones puramente forzadas" (Nº 271). Como toda enseñanza, también la moral exige ir poco a poco avan­zan­do de acuerdo a la edad y a las posibilidades de cada uno de los hijos. 

En la Exhortación se nos recuerdan otras importantes verdades: "La fami­lia es la primera escuela de los valores humanos, en la que se aprende el buen uso de la libertad" (Nº 274); "En las familias se debe educar en la capacidad de esperar, para aprender a posponer algunas cosas y para espe­rar el momento ade­cuado" (Nº 275); "La familia es el ámbito de la socia­li­za­ción primaria, porque es el primer lugar donde se aprende a colocarse frente al otro, a escuchar, a com­par­tir, a soportar, a respetar, a ayudar, a con­vivir" (Nº 276); "La familia es el sujeto protagónico de una ecología integral" (Nº 276). 

Reconoce el Santo Padre la utilidad de las modernas tecnologías para la co­municación, siempre que promuevan el diálogo y la comunicación, sin caer en excesos que interfieren la sana conversación y el encuentro perso­nal. "No se pue­den ignorar los riesgos de las nuevas formas de comuni­ca­ción para los niños y adolescentes, que a veces los convierten en abúlicos, desconectados del mundo real" (Nº 278).

En la misma línea del Concilio Vaticano II, motiva para una educa­ción sexual, positiva y prudente, que sólo "podría entenderse en el marco de una edu­cación para el amor, para la donación mutua" (Nº 280); "debe llegar en el mo­mento apropiado y de una manera adecuada a la etapa que viven” (Nº 281); "una educación sexual que cuide un sano pudor tiene un valor inmenso, aunque hoy algunos consideren que es una cuestión de otras épocas" (Nº 282); "la educación sexual debería incluir también el respeto y la valoración de la diferencia, que muestra a cada uno la posibilidad de su­perar el encierro en los propios límites para abrirse a la aceptación del otro" (Nº 285).

Finalmente concluye este interesante capítulo con la necesidad impe­rio­sa de transmitir la fe. "La educación de los hijos debe estar marcada por un camino de transmisión de la fe, que se dificulta por el estilo de vida ac­tual, por los hora­rios de trabajo, por la complejidad del mundo de hoy don­de muchos llevan un ritmo frenético para poder sobrevivir. Sin embargo el hogar debe seguir siendo el lugar donde se enseñe a percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo. Esto comienza en el bau­tismo, donde, como decía San Agustín, las madres que llevan a sus hi­jos 'cooperan con el parto santo'” (Nº 287). 

Reconoce las dificultades actuales para esta transmisión de la fe, que a veces se pierde en las tormentas juveniles. "Quiero expresar especialmen­te mi gra­titud a todas las madres que oran incesantemente, como lo hacía Santa Mó­nica, por los hijos que se han alejado de Cristo" (Nº 288). 

Termina este capítulo declarando, una vez más, que "la familia se con­vierte en sujeto de la acción pastoral mediante el anuncio explícito del Evangelio y el legado de múltiples formas de testimonio, entre las cuales: la solidaridad con los pobres, la apertura a las diversidad de las personas, la custodia de la creación y la práctica de las obras de misericordia corporal y espiritual" (Nº 290).   

Les recomiendo una lectura pausada de este capítulo en las Reunio­nes Periódicas para que podamos seguir formándonos en la adecuada Pas­toral Familiar, que hoy nos exige la Iglesia.

Saludos para toda la familia en particular a las madres

                                                                     R.P. Pablo Hernando-Moreno

                                                                              Asesor Nacional           

Cuando aprendimos la palabra Madre, nos enseñaron:

M de María

A de Amor,

D de Desear lo mejor para los hijos y por la familia

R de Recuerdo y de Renovación por sus hijos

E de Entrega total por los suyos.

Recemos a María, en su advocación de la Ntra. Sra. de Fátima: 

Inunda el corazón de nuestras Madres de paz, de luz y de sabiduría, para que nos acompañen en cada momento de nuestra vida.


Reflexion  del mes de setiembre de 2017

Querida Familia Emefecista:

Por la gracia y la benevolencia de Dios tengo el agrado de acompañarles en este nuevo trienio, 2017 - 2020, junto a nuestros queridos Presidentes Margarita y Héctor Lana, y a toda la Comisión Sede. Sigamos rezando, cada uno desde nuestro rincón argentino, para que sigamos fortaleciendo a la familia, bajo la protección de nuestro querido Fundador Rvdo. P. Pedro Richards, rezando por su pronta Beatificación.

Igualmente doy gracias a Dios por el XLI ENCUENTRO NACIONAL de nuestro Movimiento Nacional Cristiano, realizado en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, bajo el lema: "En unidad y caridad llevemos a la sociedad la Buena Noticia de la Vida y de la Familia". Hemos vivido unos días de profunda fraternidad, de sana alegría y de copiosos frutos espirituales. Por mi parte agradezco todo el enorme esfuerzo de nuestros hermanos tucumanos, que nos brindaron esos días inolvidables.

Vamos a proseguir la lectura y reflexión de la Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, que debe ser como nuestro manual de estudio, tanto para nuestras reuniones mensuales como para nuestra propia formación personal y comunitaria, que tanto necesitamos.

Recuerden que habíamos dividido la Exhortación en las tres características clásicas: Ver, Juzgar y Actuar. En los dos primeros capítulos, el Papa Francisco, nos planteaba la situación de la familia hoy; en los siguientes capítulos, tercero, cuarto y quinto, nos invitaba a reflexionar sobre la verdad teológica acerca de la familia y del matrimonio; en los cuatro últimos capítulos nos invita a actuar, en los momentos actuales, ofreciéndonos pautas concretas.

El Capítulo Sexto tiene por título "Algunas Perspectivas Pastorales". Afirma el Santo Padre Francisco: "Sin pretender presentar aquí una pastoral de familia, quiero detenerme sólo a recoger algunos de los grande desafíos pastorales" (nº 199).

El Papa lo expresa como una gran necesidad de desarrollar nuevos caminos pastorales. Caminos pastorales cuyos protagonistas son las "familias cristianas, por la gracia del sacramento nupcial, con los principales sujetos de la pastoral familiar, sobre todo apostando el testimonio gozoso de los cónyuges y de las familias, iglesias domésticas" (nº 200). El P. Pedro Richards nos lo recuerda: "Durante largo tiempo, se consideró al Matrimonio como objeto del Apostolado Familiar. Modernamente se le ha visto también como sujeto" (Cristificando la Familia, pág. 158). Por lo tanto deben sentirse, cada uno de los matrimonios, del Movimiento Familiar Cristiano, protagonistas de las Pastoral Familiar en sus parroquias y en sus comunidades.

Una segunda tarea que nos recuerda el Papa, junto con todos los Padres sinodales, la necesidad "de ayudar a los jóvenes a descubrir el valor y la riqueza del matrimonio" (nº 205). Es necesario acompañar el camino de amor de los novios, para alentarlos y enriquecerlos en su compromiso. De manera particular nos exhorta a preparar con esmero y dedicación la Inmediata Preparación para el Matrimonio (I. P. M.), que en muchas diócesis y parroquias está encomendado a nuestro Movimiento.

Por lo tanto debemos seguir realizando esta preparación con mucho entusiasmo y ardor, convencidos que es necesaria e imprescindible para las jóvenes parejas, que se acercan a la Iglesia con la ilusión de encontrar un bien para ellas mismas. Ofrézcanse siempre que puedan para este "servicio pastoral" sabiendo, como nos recuerdan "los obispos de Kenia advirtiendo que los futuros esposos, demasiado centrado en el día de la boda, se olvidan de que se están preparando para un compromiso que dura toda la vida" (citado por el Papa Francisco, nº 215).

Otro desafío pastoral que nos presenta el Papa Francisco es la urgencia de "acompañar en los primeros años de la vida matrimonial para enriquecer y profundizar la decisión consciente y libre de pertenecerse y de amarse hasta el fin"(nº 217). Todos nos damos cuenta que los primeros años de la vida matrimonial constituyen una etapa muy particular donde se van descubriendo más de cerca los caracteres y estilos de cada uno de los cónyuges.

El Papa nos recuerda las distintas etapas de dicho camino: "El impacto inicial, caracterizado por una atracción marcadamente sensible, se pasa a la necesidad del otro percibido como parte de la propia vida. De allí se pasa al gusto de la pertenencia mutua, luego a la comprensión de la vida entera como un proyecto de lo dos, a la capacidad de poner la felicidad del otro por encima de las propias necesidades, y el gozo de ver el propio matrimonio como un bien para la sociedad". (nº 220). Yo les invito a convocar a los nuevos matrimonios, después de haber participado de la preparación inmediata para el matrimonio, a convocarles a una jornada para escucharles y acompañarles en su caminar de cada día.

Finalmente en la Exhortación se nos recuerda, igualmente, la necesidad de "acompañar después de rupturas y divorcios". El Papa Francisco dedica varios números de la Exhortación para invitarnos a "un discernimiento particular para acompañar pastoralmente a los separados, los divorciados, los abandonados...La comunidad local y los pastores deben acompañar a estas personas con solicitud, sobre todo cuando hay hijos o su situación de pobreza es grave" (nº 242).

El mismo Documento nos explica que son casos complejos, por lo tanto es necesario acompañarles con toda prudencia y con mucha caridad, como lo ha realizado tantas veces nuestro Movimiento a través de su servicio "Separados en Nueva Unión". En algunas diócesis y parroquias, siempre con la autorización de la jerarquía, podemos realizar jornadas para esta personas con la finalidad de "hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que no están excomulgados y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión eclesial. Estas situaciones exigen un atento discernimiento y un acompañamiento con gran respeto" (nº 243).

Les recuerdo nuevamente, como ya lo hice en la Reflexión del mes de Junio, el Artículo Segundo de nuestros Estatutos del Movimiento Familiar Cristiano: "Los grupos de Iniciación del MFC: Son los constituidos por matrimonios unidos con el Sacramento del Matrimonio. Su finalidad es formarse en la vida cristiana de familia conforme a los objetivos propios del MFC". Los Grupos del Movimiento deben seguir formados por matrimonio bien constituidos, de acuerdo a nuestro carisma fundacional, como nos recordaba el P. Richards: " El carisma del MFC es éste.No pretendemos hacer Congregación Mariana ni Apóstoles de la Oración. El nuestro es un carisma sacramental. Ninguna otra institución puede decir: 'Nosotros nos apoyamos en un Sacramento" ( Testamento Espiritual, pág 22).

Les deseo a todos una feliz primavera para proseguir con renovado fervor espiritual nuestro acompañamiento a cada una de las familias, bajo la protección de Nuestra Señora del Rosario, cuya Fiesta vamos a celebrar el 7 de Octubre. Que la Virgen bendiga a cada una de sus familias.

Fraternalmente les saluda

P. Pablo Hernando Moreno

            Asesor Nacional.  


REFLEXION DEL MES DE JUNIO DE 2017

Querida Familia Emefecista:

En la Solemnidad de Pentecostés, rogando al Espíritu Santo derrame abundantemente sus dones en cada una de sus familias, y ante la proximidad del Encuentro Nacional, a celebrarse en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, cuna de la Independencia Nacional de nuestra Patria Argentina, deseo dirigirles esta reflexión.

En primer lugar las palabras de nuestros Obispos: "Los cristianos celebramos el Bicentenario con todo el corazón. Porque para nosotros la Patria es un regalo de Dios, un don de su amor que estamos llamados a cuidar y a desarrollar. La tierra donde nacimos es símbolo de los brazos de Dios que nos han acogido en este mundo, y el pueblo del que formamos parte es una trama que nos contiene, nos otorga una identidad y un sentido de pertenencia. Quisimos ver en la Casa Histórica de Tucumán una metáfora que recoge estos sentimientos". 1

El Papa Francisco en su Catequesis del pasado miércoles, 31 de Mayo, nos recordaba: "El Espíritu Santo no nos hace sólo capaces de esperar, sino también de ser sembradores de esperanza, de ser también nosotros -como Él y gracias a Él- los paralíticos, es decir, consoladores y defensores de los hermanos. Sembradores de esperanza. Un cristiano puede sembrar amargura, puede sembrar perplejidad, y esto no es cristiano, y tú, si haces esto, no eres buen cristiano. Siembra esperanza: siembra el bálsamo de esperanza, siembra el perfume de esperanza y no vinagre de amargura y de desesperanza". 2

Roguemos al Espíritu Santo nos regale sus siete dones para seguir siendo sembradores de esperanza en nuestra familia y en el Movimiento Familiar Cristiano.

Nuestro Movimiento ha vivido un acontecimiento muy particular. Los días 29 y 30 de abril hemos compartido el Encuentro de la Zona III de Latinoamérica con los hermanos Presidentes Latinoamericanos que son de Méjico, los Presidentes de Brasil, de Bolivia, de Paraguay y de Uruguay.

El Domingo, 30 de abril, visitamos el Monasterio San Pablo de la Cruz, en Capitán Sarmiento, Buenos Aires, en cuyo cementerio descansan los restos del Fundador de nuestro Movimiento, Padre Pedro Richards. Ha sido un momento de profundo recogimiento al elevar nuestra plegaria sincera y emocionada alrededor de su tumba-

Los dos Asesores Nacionales, P. Silvestre Martínez, de Paraguay y un servidor junto al Asesor del Equipo Latinoamericano P. Inés Hernández, de Méjico, celebramos la Eucaristía en la Iglesia del Monasterio, evocando la figura del P. Richards, con todo el Grupo Internacional. Todos percibíamos la presencia de la Congregación Pasionista, como en un nuevo Tabor, con el deseo de permanecer y quedarnos en el lugar donde vivió nuestro Fundador.

Al atardecer visitamos la Parroquia de San Martín de Tours, cuna del Movimiento, para que todos conociéramos la placa donde se proclama al Padre Pedro Richards, "Centinela de la Familia".

Con tal motivo, de regreso, me puse a re-leer el "Testamento Espiritual", que nos dejará el Centinela de la Familia, para todos sus discípulos y seguidores del gran sueño en defensa de la familia y del matrimonio.

En esta ocasión quiero recordar sus palabras acerca del carisma:

"El carisma del MFC es este. No pretendamos hacer Congregación Mariana ni Apóstoles de la Oración. El nuestro es un carisma sacramental. Ninguna otra institución puede decir Nosotros nos apoyamos en un Sacramento. Podrán decirlo por el Bautismo o por el Sacramento de la Confirmación, esos son genéricos. Lo nuestro es específico: El Matrimonio. Jesús está allí. Jesús quiere conquistar el mundo a través del amor".3

De aquí surge nuestro Objetivo y fines del Movimiento Familiar Cristiano: "Una asociación privada de fieles, con personería jurídica canónica, otorgada por la Conferencia Episcopal Argentina, que procura conocer, vivir y difundir los fines y riquezas naturales y sobrenaturales del matrimonio cristiano para la defensa de su unidad indisoluble. La Institución y sus miembros deberán promover el cultivo de la espiritualidad laical, conyugal, familiar y apostólica; la intensificación de la vida comunitaria, la práctica del apostolado familiar y la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural".4

Este ha sido y debe seguir siendo nuestro ideal. Los Grupos de nuestro Movimiento deben estar "constituidos por matrimonios unidos con el Sacramento del Matrimonio".5 Desde nuestro carisma debemos trabajar con los distintos Grupos de Personas Separadas, fieles al vínculo.

En la Exhortación Postsinodal Amoris Laetitia se nos invita, de manera particular, a acompañar e integrar a "los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casas civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo. La lógica de la integración es la clave de su acompañamiento pastoral, para que no sólo sepan que pertenecen al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, sino que puedan tener una experiencia feliz y fecunda".6

Esta es la tarea pastoral y misionera, que hoy nos pide nuestra Madre la Iglesia, la de acompañar, discernir e integrar la fragilidad, siempre manteniendo nuestra identidad fundacional. Si en alguna Diócesis o Arquidiócesis permiten los Obispos o Arzobispos otras directivas, las respeto.

Deseándoles a cada una de sus familias que la Venida del Espíritu Santo nos encuentre en oración, con María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, les saluda cariñosamente.

 

P. Pablo Hernando Moreno, O.S.A.

Asesor Nacional del M. F C

 

1 Conferencia Episcopal Argentina, Bicentenario de la Independencia. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos, nº 78.

2 Papa Francisco, Catequesis del Miécoles 31 de Mayo.

3 P. Pedro Richards, Testamento Espiritual, p. 22.

4 Estatutos del M. F. C. , Artículo Primero.

5 Estatutos del M.F.C. , Artículo Segundo.

6 Santo Padre Francisco, Exhortación Postsinodal Amoris Laetitia, nº 299.   


REFLEXION DE MARZO DE 2017

Querida Familia Emefecista:

 

         El día 1 de Marzo hemos iniciado el santo Tiempo de la Cuaresma, como nos lo han recordado nuestros queridos Presidentes Nacionales, Coqui y Jorge Delfino, "ocasión propicia para reflexionar y discernir nuevamente sobre las verdades de nuestra fe ... acerca de la relación con Dios como personal e intransferibles".

         El Papa Francisco nos ofreció su Mensaje, con el interesante título:: La Palabra es un don. El otro es un don. Me parece interesante destacar estos puntos:

• “La cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte.

 

• La cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna.

• La cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo.

• La cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo”.

 

A mí me agrada resumirlas con las letras de la palabra "Cuaresma":

 

C  Camino de conversión hacia la Pascua.

U   Umbral de la reconciliación .

A  Ayuno y abstinencia.

R  Renovación del encuentro con Cristo por la Oración.

E  Escucha de la Palabra de Dios.

S   Sacramento del Perdón y de la Misericordia.

M Mortificación y penitencia.

A Apertura al hermano necesitado con Limosna.

 

Igualmente en esta Cuaresma debemos continuar nuestra reflexión, como Movimiento Familiar Cristiano, sobre la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Recordemos la Reflexión del mes de Noviembre, cuando comenzamos el Capítulo Cuarto, "El Amor en el Matrimonio", con el Himno de la Caridad del Apóstol San Pablo: El amor es paciente, es servicial".

Hoy seguimos meditando en las cualidades del amor: "El amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1 Cor 13, 4 -7)-

El Papa nos señala: "La paciencia es una cualidad del Dios de la Alianza que nos invita a su imitación también dentro de la familia" (nº 91). La virtud de la paciencia nos impulsa a reconocer en nuestro cónyuge y en todos los miembros de nuestra familia, que cada uno de ellos es un "don", un regalo que Dios nos pone en nuestro caminar de cada día.

UNA PACIENCIA QUE DEBE SER CREATIVA Y DINÁMICA PARA SERVIRNOS UNOS A OTROS, ALEGRÁNDONOS DE SUS CUALIDADES: "EL VERDADERO AMOR VALORA LOS LOGROS AJENOS, NO LOS SIENTE COMO UNA AMENAZA Y SE LIBERA DEL SABOR AMARGO DE LA ENVIDIA" (Nº 95). AL RECONOCER LOS VALORES DE NUESTRA ESPOSA, ESPOSO, HIJOS Y OTROS FAMILIARES, NO PRETENDEMOS SER EL CENTRO DE TODAS LAS CONVERSACIONES, SINTIÉNDONOS LOS MÁS IMPORTANTES, CASI INSOPORTABLES; TODO LO CONTRARIO TRATAMOS DE SER AMABLES CON LAS PERSONAS DE NUESTRO HOGAR Y CULTIVAR LA "CORTESÍA, QUE ES ESCUELA DE SENSIBILIDAD Y DESINTERÉS, EXIGIÉNDONOS  APRENDER A SENTIR, HABLAR Y, EN CIERTO MOMENTOS, A CALLAR" (Nº 99). CON TODA RAZÓN NOS DICE EL PAPA EN SU ANTERIOR EXHORTACIÓN "LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO": NECESITAMOS EJERCITARNOS EN EL ARTE DE ESCUCHAR" (Nº 171).

OTRA DE LAS ACTITUDES QUE NOS EXIGE EL VERDADERO AMOR ES SABER PERDONARNOS UNOS A OTROS, TANTAS CUANTAS VECES NOS OFENDAMOS. NO SIGAMOS LA "TENDENCIA DE BUSCAR MÁS Y MÁS CULPAS, O LA IMAGINAR MÁS Y MÁS MALDAD, LA DE SUPONER TODO TIPO DE MALAS INTENCIONES, PORQUE ASÍ EL RENCOR VA CRECIENDO Y SE ARRAIGA. ...CUANDO HEMOS SIDO OFENDIDOS O DESILUSIONADOS, EL PERDÓN ES POSIBLE Y DESEABLE, PERO NADIE DICE QUE SEA FÁCIL...TODO ESTO SUPONE LA EXPERIENCIA DE SER PERDONADOS POR DIOS, JUSTIFICADOS GRATUITAMENTE Y NO POR NUESTROS MÉRITOS" (Nº 107).        

 Con tono optimista de toda la Exhortación, el Papa Francisco nos ruega tengamos en cuenta siempre el lado bueno del cónyuge, más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, nos invita a guardar silencio para no dañar su imagen, confiando siempre en la posibilidad de conversión y de mejorar la vida. Para ayudarnos en esta actitud, el Papa cita las palabras de Martín Luther King, que siempre confiaba en la buena voluntad de los demás, aún de los enemigos:

"La persona que más te odia, tiene algo bueno en él;

incluso la nación que más odia, tiene algo bueno en ella;

incluso la raza que más odia , tiene algo bueno en ella.

Y cuando llegas al punto en que miras el rostro de cada hombre

y ves muy dentro de él lo que la religión llama

'imagen de Dios', comienzas a amarlo a pesar de.

No importa lo que haga, ves la imagen de Dios allí."

 

En esta primera parte del Capítulo Cuarto la cerramos con la recomendación expresa del Papa Francisco, que nos recomienda: "En la vida familiar hace falta cultivar la fuerza del amor, que permite luchas contra el mal que la amenaza" (nº 119).

Lamentablemente debo lamentar y seguir rezando por los nefastos acontecimientos acaecidos en la marcha del "Día de la Mujer", en algunas capitales de nuestra suelo patrio. Rezaremos fervorosamente el Sábado, 25 de Marzo, el Día del Niño por nacer, para sigamos cuidando la "primera casa" en que habitamos, el seno de las madres, lugar de acogida y protección, donde se establece el primer diálogo humano, el del nuevo ser con su madre, que fundamenta toda la relación humana.

 

Les deseo a todas las familias emefecistas una fructífera Cuaresma.

 

 P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional


Reflexión del Mes de Noviembre´2016

Querida Familia Emefecista:

 

El día 25 de Noviembre hemos conmemorado los 68 años del Nacimiento de nuestro querido Movimiento Familiar Cristiano, recordando la fecha en que el recordado P. Pedro Richards, inspirado por Dios, creo este valioso "Instrumento de la Iglesia" en favor del Matrimonio y de la Familia. ¡Sigamos dando gracias el Señor por tan magnífica obra eclesial.

En estos últimos meses me ha tocado acompañar a un hermano agustino en su enfermedad, por lo cual no me tenido tiempo para hacerles llegar esta sencilla reflexión mensual. En estos días hemos decidido enviarle a una casa de recuperación  de la Orden Agustiniana en España.

El Papa Francisco, con motivo de la clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, nos ha dirigido una Carta Apostólica, con el título de "Misericordia y mísera", utilizando la expresión de nuestro Padre San Agustín, cuando se encuentra a solas con la mujer sorprendida en pecado: "Así, pues, habiéndose alejado los fariseos, quedaron la pecadora y el Salvador; quedaron la enferma y el médico; quedaron la mísera y la misericordia. Y mirando a la mujer, le dijo: ¿Nadie te ha condenado? Nadie, Señor respondió ella" (Sermón 13, 4).

En esta Carta Apostólica escribe: "En un momento particular como el nuestro, caracterizado por la crisis de la familia, entre otras, es importante que llegue una palabra de gran consuelo a nuestras familias. El don del matrimonio es una gran vocación a la que, con la gracia de Cristo, hay que corresponder cual el amor generoso, fiel y paciente. La belleza de la familia permanece inmutable, a pesar de numerosas sombras y propuestas alternativas: el gozo del amor que se vive en las familias es también el júbilo que la iglesia" (nº 14).

Una vez más el Santo Padre Francisco revaloriza el don del matrimonio y la belleza de la familia. Nosotros vamos a continuar la lectura y la explicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, adentrándonos en el Capítulo Cuarto, El Amor en el Matrimonio, que tanto le agrada a nuestro querido Pontífice y ue nosotros vamos a ir desmenuzando con sosiego.

Con mucha sinceridad dice en Papa: "Todo lo dicho no basta para manifestar el evangelio del matrimonio y de la familia si no nos detenemos especialmente a habla del amor. Porque no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar" (nº 89).

Está en plena consonancia con el Apóstol San Pablo, cuando nos enseña, que aunque tuviera el don de lenguas, el don de la profecía o entregará mi cuerpo a las llamas, si me falta el amor, no me sirve para nada. (1Cor 13, 1 - 3). Es la misma enseñanza que nos recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica: "La Gracia propia del sacramento del Matrimonio está destinada a perfeccionar el amor de los cónyuges" (nº 1641).

Las característica del amor verdadero las encontramos en el Himno de la Caridad del Apóstol San Pablo. Hoy reflexionamos acerca del siguiente versículo:

"El amor es paciente, es servicial."

"La paciencia es una cualidad del Dios de la Alianza que convoca a su imitación también dentro de la vida familiar" (nº91). Recordemos que la virtud de la paciencia nos ayuda a sufrir con fortaleza los trabajos y las adversidades de la esta vida. Para entenderlo mejor la Exhortación nos remite a unos textos del libro de la Sabiduría:

" Señor, Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes,

y disimulas los pecados de los hombres para que se conviertan" (11, 23).

El texto nos recuerda que Dios actúa siempre con misericordia, precisamente por ser omnipotente. Exactamente porque tiene poder puede ejercitar la gracia del perdón. El amor de Dios, su bondad con toda la creación, finalmente, culmina en el hombre. La posibilidad de que este amor no sea e4n vano es la reconquista del hombre pecador, la conversión. La benignidad de Dios con el hombre tiene esta finalidad, su propia conversión. Así lo expresan los siguientes textos:

"Por esto, a los que caen, tú corriges poco a poco,

y, recordándoles sus pecados, los reprendes,

para que, apartados de la maldad, crean en ti, Señor· /12, 2)

"Pero tú, Señor del poder, juzgas con mansedumbre

y con suma bondad nos gobiernas" (12, 18).

La pedagogía divina está repleta de misericordia, como se confirmará en la Parábolas de la Misericordia, que todos conocemos, del Evangelio de San Lucas en el capítulo 15, donde se nos relatan la oveja y la moneda perdida, juntamente con la parábolas del Padre misericordioso. Dios reprende a los caen, pero lo hace poco a poco, demostrando su paciencia divina, que sabe esperar y dar tiempo para

la conversión. La finalidad de este pedagogía divina es apartar al pecador de la maldad y conseguir de nuevo su confianza en Dios, su entrega total y absoluta, du fe en él.

El Papa Francisco nos lo vuelve a resaltar en su última Carta Apostólica: "En el centro, de la escena de la mujer pecadora,  no aparece la ley y la justicia legal, sino el amor de Dios que sabe leer el corazón de cada persona, para comprender su deseo más recóndito y que debe tener el primado de la misericordia y del amor" (Misericorida et misera, nº 1,2).

Si Dios es paciente con cada uno de nosotros igualmente debemos actuar nosotros con los demás, comenzando por nuestra propia familia. Con mucha lógica argumenta el Santo Padre afirmando, "que el otro (esposo, esposa, hijos, abuelos) tiene todo el derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. No importa

  + si es un estorbo para mí,

+ si altera mis planes,

+si me molesta con su modo de ser o con sus ideas,

+ si no es todo lo que yo esperaba.

El amor tiene siempre un sentido de profunda compasión que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un modo diferente a lo que yo desearía" (nº92).

Podemos notar como el Papa analiza con profundidad esta aspecto del amor, como es la nota de ser paciente frente a las actitudes de nuestros hermanos, en especial los más cercanos.

Termina puntualizando: "La paciencia no es una postura totalmente pasiva sino que está acompañada por una actividad, por una reacción dinámica y creativa ante los demás, indica que el amor beneficia y promueve  los demás. Por eso se traduce como servicial" (nº 93).

Les deseo a todas las familias emefecitas un Tiempo de Adviento fraterno y solidario, para que lleguemos a la Navidad con un corazón paciente y alegre. Sabiendo, como nos recuerda el Papa Francisco, que la mejor tarjeta de la Navidad eres tú, cuando la bondad y la paciencia están escritas en tus manos y en tu corazón. La mejor Felicitación de la Navidad eres tú cuando perdonas y restableces la Paz, aunque tengas que sufrir y perdonar.

¡¡Feliz Navidad y un hermoso Año Nuevo 2.017!!

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional

 

¿Cómo debe ser este amor?  La respuesta es el gran Himno de la Caridad que escribiera San Pablo      

El Santo Padre Francisco, después de habernos presentado los desafíos de la familia en los dos primeros capítulos de la Exhortación Apostólica Postsinodal  Amoris Laetitia, en el capítulo tercero nos presenta algunos de los elementos esenciales de la enseñanza de la Iglesia acerca del Matrimonio y de la Familia.

El título del capítulo es: La mirada puesta en Jesús: Vocación de la Familia. Con toda claridad nos recuerda: "Porque tampoco el misterio de la familia cristiana puede entenderse plenamente si no es a la luz del infinito amor del Padre, que se manifestó en Cristo, que se entregó hasta el fin y vive entre nosotros. Por eso, quiero contemplar a Cristo vivo presente en tantas historias de amor, e invocar el fuego del Espíritu sobre todas las familias del mundo" (nº 59).

 

En los números siguientes partiendo de la Sagrada Escritura , que nos enseña "todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada" (1 Tmt 4,4) , afirma con toda intensidad: "El matrimonio es un don del Señor (cf. 1 Cor 7, 7). Precisamente por ser un don debemos respetarlo, tal como Dios lo ha querido: "Los Padres sinodales recordaron que Jesús refiriéndose al designio primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos. Dicha indisolubilidad  no hay que entenderla ante todo como un 'yugo' impuesto a los hombres sino como un 'don' hecho a las personas unidas en matrimonio. De los Evangelio emerge claramente el ejemplo de Jesús, que anuncio ... el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19, 3)" (nº 62).

La segunda afirmación importante  es acerca de la sacramentalidad del matrimonio: "El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos, porque si recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental , de la misma relación de Cristo con la Iglesia....El Matrimonio es una vocación. Por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional (nº 72)".

Recordemos que nuestro querido P. Richards nos lo recordaba. "Ante todo, debemos preguntarnos: ¿Tengo vocación al Matrimonio?  La vocación se la ha definido como IDONEIDAD. Capacidad para realizar una misión y, en este caso la del Matrimonio" (Cristificando la Familia, pag. 6). Recordemos que se hablaba, hace algún tiempo, de la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, hoy también debemos hablar de una auténtica llamada del Señor para el Matrimonio.

El Papa Francisco nos pide comprensión hacia las situaciones imperfectas de hoy. "La mirada de Cristo, cuy luz alumbra a todo hombre inspira el cuidado pastoral de la Iglesia hacia los fieles que simplemente conviven, quienes han contraído matrimonio sólo civil o los divorciados vueltos a casar. Con el enfoque de la pedagogía divina, la Iglesia mira con amor a quienes participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracias de la conversión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno al otro y para estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan" (nº 78).

A continuación dedica varios párrafos al gran tema de la transmisión de la vida, dado que la familia es una comunidad de vida y de amor, por ello "el niño que llega no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los esposos, brota del corazón mismo de ese don recíproco, del que es fruto y cumplimiento. No aparece como el final de un proceso, sino que está presente desde el inicio del amor como una característica esencial que no puede ser negada sin mutilar al mismo amor" (nº 80).

Son los padres los encargados de brindar a sus hijos una hermosa educación, en la cual "la Iglesia está llamada a colaborar, con una acción pastoral adecuada" (nº 85). El matrimonio les convierte en "verdaderos ministros educativos", respondiendo a la vocación que Dios les ha concedido.

Concluye este tercer capítulo con un reconocimiento sincero "a las familias que permanecen fieles a las enseñanzas del Evangelio, agradeciéndoles el testimonio que dan y alentándolas. Gracias a ellas, en efecto, se hace creíble la belleza del matrimonio indisoluble y fiel para siempre. "la belleza del don recíproco y gratuito, la alegría por la vida que nace y el cuidado amoroso de todos sus miembros, desde los pequeños a los ancianos, son sólo algunos de los frutos que hace única e insustituible la respuesta a la vocación de la familia, tanto para la Iglesia como para la sociedad entera" (nº 88).

Sigamos rezando a la Sagrada Familia para que ustedes sigan viviendo esplendorosamente su vocación matrimonial y ayudando a vivirla a toda nuestra sociedad.

Les saluda fraternal y cariñosamente

P. Pablo Hernando Moreno, O.S.A.

Asesor Nacional.


Reflexión del Mes de Agosto 2016

Querida Familia Emefecista:

        

         El Santo Padre Francisco, después de habernos presentado los desafíos de la familia en los dos primeros capítulos de la Exhortación Apostólica Postsinodal  Amoris Laetitia, en el capítulo tercero nos presenta algunos de los elementos esenciales de la enseñanza de la Iglesia acerca del Matrimonio y de la Familia.

 

         El título del capítulo es: La mirada puesta en Jesús: Vocación de la Familia. Con toda claridad nos recuerda: "Porque tampoco el misterio de la familia cristiana puede entenderse plenamente si no es a la luz del infinito amor del Padre, que se manifestó en Cristo, que se entregó hasta el fin y vive entre nosotros. Por eso, quiero contemplar a Cristo vivo presente en tantas historias de amor, e invocar el fuego del Espíritu sobre todas las familias del mundo" (nº 59).

        

         En los números siguientes partiendo de la Sagrada Escritura , que nos enseña "todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada" (1 Tmt 4,4) , afirma con toda intensidad: "El matrimonio es un don del Señor (cf. 1 Cor 7, 7). Precisamente por ser un don debemos respetarlo, tal como Dios lo ha querido: "Los Padres sinodales recordaron que Jesús refiriéndose al designio primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos. Dicha indisolubilidad  no hay que entenderla ante todo como un 'yugo' impuesto a los hombres sino como un 'don' hecho a las personas unidas en matrimonio. De los Evangelio emerge claramente el ejemplo de Jesús, que anuncio ... el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19, 3)" (nº 62).

 

         La segunda afirmación importante  es acerca de la sacramentalidad del matrimonio: "El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos, porque si recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental , de la misma relación de Cristo con la Iglesia....El Matrimonio es una vocación. Por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional (nº 72)".

 

         Recordemos que nuestro querido P. Richards nos lo recordaba. "Ante todo, debemos preguntarnos: ¿Tengo vocación al Matrimonio?  La vocación se la ha definido como IDONEIDAD. Capacidad para realizar una misión y, en este caso la del Matrimonio" (Cristificando la Familia, pag. 6). Recordemos que se hablaba, hace algún tiempo, de la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, hoy también debemos hablar de una auténtica llamada del Señor para el Matrimonio.

 

         El Papa Francisco nos pide comprensión hacia las situaciones imperfectas de hoy. "La mirada de Cristo, cuy luz alumbra a todo hombre inspira el cuidado pastoral de la Iglesia hacia los fieles que simplemente conviven, quienes han contraído matrimonio sólo civil o los divorciados vueltos a casar. Con el enfoque de la pedagogía divina, la Iglesia mira con amor a quienes participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracias de la conversión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno al otro y para estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan" (nº 78).

 

         A continuación dedica varios párrafos al gran tema de la transmisión de la vida, dado que la familia es una comunidad de vida y de amor, por ello "el niño que llega no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los esposos, brota del corazón mismo de ese don recíproco, del que es fruto y cumplimiento. No aparece como el final de un proceso, sino que está presente desde el inicio del amor como una característica esencial que no puede ser negada sin mutilar al mismo amor" (nº 80).

 

         Son los padres los encargados de brindar a sus hijos una hermosa educación, en la cual "la Iglesia está llamada a colaborar, con una acción pastoral adecuada" (nº 85). El matrimonio les convierte en "verdaderos ministros educativos", respondiendo a la vocación que Dios les ha concedido.

 

         Concluye este tercer capítulo con un reconocimiento sincero "a las familias que permanecen fieles a las enseñanzas del Evangelio, agradeciéndoles el testimonio que dan y alentándolas. Gracias a ellas, en efecto, se hace creíble la belleza del matrimonio indisoluble y fiel para siempre. "la belleza del don recíproco y gratuito, la alegría por la vida que nace y el cuidado amoroso de todos sus miembros, desde los pequeños a los ancianos, son sólo algunos de los frutos que hace única e insustituible la respuesta a la vocación de la familia, tanto para la Iglesia como para la sociedad entera" (nº 88).

 

         Sigamos rezando a la Sagrada Familia para que ustedes sigan viviendo esplendorosamente su vocación matrimonial y ayudando a vivirla a toda nuestra sociedad.

 

 Les saluda fraternal y cariñosamente

 

P. Pablo Hernando Moreno, O.S.A.

Asesor Nacional.


REFLEXIÓN DEL MES DE ABRIL, 2016

 

Querida Familia Emefecista:

 

¡Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: Alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya!

  

Con estas palabras del Salmo 117, la Madre Iglesia nos saluda y nos desea una Feliz Pascua de Resurrección, donde el Señor Jesús Resucitado nos llene de alegría y esperanza para seguir rezando y fortaleciendo nuestra propia familia y las familias del mundo entero.

 

Ojalá que sepamos reconocer a Jesucristo Resucitado como el "Príncipe y Autor de la Vida" (Hech 3, 15), que ha resucitado para "darnos vida y vida en abundancia"  (Jn 10,10). La Vida en todas sus dimensiones física y espiritual, porqué Dios, en su amor eterno, creó el universo y en él llamó a la existencia al varón y a la mujer para que poblasen la tierra y colaborasen con Él en la perfección de todo lo que había creado.

 

El Papa Francisco en su Carta Encíclica "Laudato Si", nos exhorta a proteger nuestra casa común  y a preocuparnos por unir toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo humano, sostenible e integral (nº 18). Va creciendo nuestra conciencia ecológica para preservar la naturaleza.

 

Debemos resaltar en la Fiesta de la Anunciación del Señor, que celebramos el lunes 4 de abril, que celebramos la Jornada del Niño por nacer, el cuidado de la ecología humana, como exigencia del cuidado de todas las personas, desde el inicio de su existencia hasta su muerte natural.

 

La encíclica Laudato Si nos habla de la necesaria ecología ambiental, social, económica, cultural y de la vida cotidiana (nº 137 al 155), todo ello con vistas de promocionar el bien común, un principio que desempeña un papel central y unificador de la ética social. Es el "conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logra más pleno y más fácil de la propia perfección" (G et S, nº 26).

 

El bien común presupone el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a sus desarrollo integral. Entre estos derechos básicos destaca la familia, como célula básica  a partir de la cual se edifica y cohesiona la sociedad. También la protección de los más débiles e indefensos, como son los concebidos y no nacidos, los niños, los pobres y necesitados, los que padecen graves enfermedades o discapacidades, los ancianos, los que se acercan a los últimos compases de su vida terrenal, es parte ineludible en la promoción del bien común y es expresión de una verdadera comprensión de una ecología integral que estamos llamados a promover.

 

Nuestro querido Padre Pedro Richards escribía: "Esta segunda mitad del siglo veinte no se distingue por su amor a las criaturas. Mientras la mortalidad infantil desciende, se impide el embarazo, se le interrumpe. Sí ha llegado a preguntar: ¿quién base hay para afirmar que ya hay un ser humano nacional (y no meramente 'material apta') cuando un óvulo humano queda fecundado?

 

No es sorprendente el grito paternal de Pablo VI en las Naciones Unidas -pidiendo más pan y no menos vidas- es evidencia de esto. Como lo es en su Encíclica "Humanae Vitae" donde vuelve a recordar lo ya establecido por el Vaticano II: 'Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio' (G et S, nº 50) (En el Misterio de la Familia, pag. 97 y 98).

 

Recemos siempre el Santo Rosario de la Vida por los niños por nacer, unidos a todas las personas de buena voluntad , en defensa de la vida.

 

Deseo concluir esta reflexión con las palabras de la PASCUA de Resurrección, tomadas de la Bula del Papa Francisco en la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, precisamente en este Domingo de la Divina Misericordia:

 

Es la Pascua de Resurrección del Jubileo de la Misericordia: "Misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro"  (Francisco en la Bula nº 2).

En este segundo Domingo Pascual y Fiesta del Señor de la Divina Misericordia, nos dejemos empapar  de la Misericordia como el camino que une a Dios y al hombre y la sigamos celebremos muy unidos a nuestro Papa Francisco, reflexionado sobre cada una de letras:

  • P:  Perdón: La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar  la misericordia no deje a ninguno indiferente" (nº 19); "El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites" (nº 22).

  • A:  Alegría: El perdón es el triunfo de la misericordia. Como fue perdonado Pedro y obtuvo la misericordia y de ella brota la Alegría, dice San Pablo: "El que practica misericordia, que lo haga con alegría"  (Rom 12, 8).

  • S:  Servicio: Nos recuerda el Papa Francisco: "Toda la riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: SERVIR AL HOMBRE. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades" nº 4, 2).

  • C:  Cancelación, compasión:  El Papa nos recuerda: "En el Sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; sin embargo queda la huella negativa que los pecados dejan en nuestro comportamiento y eso se perdona por la indulgencia jubilar" (nº 22, 1).

  • U:  Unidad: El Jueves Santo en la Misa Crismal, nuestro Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de toda la República Argentina nos pidió a todos: "No dejemos de hacer el bien pastoral de contagiar la paz y la unidad que el Señor nos da en la Eucaristía. La Iglesia está llamada a reunir a todos y no solo a una parte" .

  • A:  Arca de la Alianza: El Papa afirma: "María, elegida para ser Madre del Hijo de Dios, estuvo preparada desde siempre por el amor del Padre para ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía con su Hijo Jesús" (nº 24).   

 

Queridas familias les deseo sigamos disfrutando de la Pascua de Resurrección  y difundiendo nuestro querido Movimiento Familiar Cristiano en nuestra sociedad argentina.

 

Con  cariño les saluda su Asesor Espiritual

 


P. Pablo Hernando Moreno.  


REFLEXIÓN DEL MES DE MARZO, 2016

 

Querida Familia Emefecista:

 

         Estamos viviendo con austeridad y dedicación este  Tiempo de Cuaresma, donde hemos reflexionado, el Domingo pasado, acerca de la Parábola de la Misericordia, la del Padre Misericordioso, o la del Hijo Pródigo, que ocupa un lugar central en la revelación de la buena noticia que nos trajo Jesús. Dios es el Padre, lleno de ternura, de perdón y de misericordia, que siempre nos espera con los brazos y el corazón abiertos para abrazar, acoger y perdonar.

 

         Con toda razón nos ha dicho el Papa Francisco: "La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia"  (M. V. 10). Nosotros podemos afirmar: "La misericordia es la viga maestra que debe sostener la vida de la Familia". La palabra misericordia, nos ilustra el diccionario, es la virtud que inclina el ánimo a compadecer las miserias ajenas. Debemos compadecernos, dolernos, de las necesidades y de los avatares de nuestros prójimos, especialmente de los que están más cerca, es decir de nuestra propia familia.

 

         Me acordé del pensamiento del P. Richards cuando escribe sobre la Familia y la Diócesis:

 

"Cuando San Agustín llamaba a los jefes de hogar 'co-episcopi',  sin duda miraba a la familia como una porción del rebaño de Cristo.

Quería que sus miembros sintieran (se compadecieran) de los problemas de las demás familias como propios.

Que su mirada fuera más allá de los ámbitos del hogar y abrazara a la Iglesia Universal.

Estar dispuestos a que triunfe la causa del reino cuyos artífices, precisamente, han de surgir de esta células familiares.

Sufrir con los que sufren, regocijarse con los que triunfan, combatir el error, diseminar la verdad: he aquí tareas que incumben a la familia y a los suyos"

( Pedro Richards, C. P. "Matrimonios en búsqueda de Dios" p. 49).   

   

         Precisamente la tarea de familia, como la de la Iglesia, es estar cerca unos de otros.  Que los esposos sientan las alegrías y los triunfos de ambos como propios; que los padres acompañen y contengan a sus hijos, y estos cuiden a sus padres. Todo esto nos obliga la virtud de la misericordia, que "es fuente de alegría, de serenidad y de paz" (M. V. nº 2).

         Como toda virtud supone un trabajo, un esfuerzo para poderla alcanzar. Nuestra Iglesia Católica de Buenos Aires nos ofrece un folleto, denominado "Libreta del Peregrino", con los cuatro pasos hacia la Misericordia, como la guía para prepararnos a recibir el abrazo del Padre Celestial que consuela, perdona y siempre ofrece esperanza.

         Primer Paso: No juzgar. "No juzguen, para no ser juzgados"  (Mt 7,1)

         Para ser peregrinos de la misericordia necesitamos purificar nuestra mirada y pedirle prestados los ojos y el corazón a Jesús, para mirarnos a nosotros mismos tal cual somos y también a los demás.

         Segundo Paso: No condenar. "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra" (Jn. 8, 7).

         "No condenar significa en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo. Misericordiosos como el Padre es el lema del Año Santo. Él viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos" (Papa Francisco M. V. nº 14).

         Tercer Paso: Perdonar. "Si tienen algo en contra de su hermano, perdónenlo" (Mt 11,25).

         "¡Cómo es difícil muchas veces personar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos  para alcanzar la serenidad del corazón. Deja caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices" (Papa Francisco M. V., nº 99.

         Cuarto Paso: Dar. "Dios ama al que da con alegría" (2ª Cor 9,6).

         "Jesús nos pide ser generosos con todos sabiendo que también Dios derrama sobre nosotros su bondad con generosidad. Él da todo de sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos" (Papa Francisco M.V., nº 14)

         Vamos a dar estos pasos, sencillos pero eficaces, para que en este Año de la Misericordia sintamos la presencia de Dios en nuestras vidas y la necesidad de acercarnos a nuestros hermanos para caminar unidos hacia la Puerta Santa, donde obtendremos el perdón y la reconciliación.

         Es el deseo de vuestro sacerdote amigo

 

P. Pablo Hernando Moreno, OSA.   


REFLEXIÓN  SOBRE  LA FAMILIA Y EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA.

 

 ¡Feliz Navidad a toda las Familias del Movimiento Familiar Cristiano!

El gozo y la alegría invaden en estos días nuestros corazones al celebrar este gran acontecimiento que hemos estado esperando durante el tiempo de Adviento.

¡Ya es Navidad! ¡Dios ha nacido! Y una vez más nos acompaña en la reflexión la palabra del profeta Isaías: "El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz".

            La Navidad es la Fiesta de la Luz. De una gran Luz que nació en Belén y que fue recibida por las manos tiernas de María, como Madre del Niño Dios, y del cariño complacido de José, el esposo de María y el padre existimativo de Jesús.

            La Navidad es, también, la Fiesta de la Misericordia: Jesús viene cargado de misericordia en este Año Jubilar. Viene para aliviar nuestros cansancios, para estimular nuestro deseo de evangelizar a todos, para repartir el perdón de Dios a raudales a todo el que se acerque arrepentido.

La venida de Jesús, su venida en este Año Santo de la Misericordia es un motivo intenso de esperanza y es un estímulo para la conversión. Yo puedo cambiar y mejorar; cada uno de ustedes, cada una de sus familias y también nuestra sociedad  argentina puede cambiar. Jesús viene para mejorarnos, para renovar todo y acercarnos más a Él y a nuestros hermanos. Se trata de esperarlo, de pedirlo intensamente. El milagro puede producirse, la Navidad es novedad.

 

El Papa Francisco nos ha recordado, en la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, las siguientes verdades:

 

 "Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre.

  Misericordia: es la palabra misericordia revela el misterio de la Santísima Trinidad.

  Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro.

  Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida.

Misericordia: es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado"  (Nº 1 y 2).

 

Cuando el Santo Padre Francisco abría la Puerta Santa de la Misericordia en la Basílica Vaticana nos insistía en reconocer este Año Jubilar, como una extraordinario " don de la gracia" y que debemos anteponer "la misericordia al juicio", citando a San Agustín. Es el mismo tono sugerido por el reciente Sínodo de la Familia, cuando nos propone "cultivar una mirada de comprensión y de esperanza ante las realidades dolorosas de las familias; ayudarlas con ternura y buscar maneras de curar sus heridas", admitiendo, por supuesto, que no todo está bien.

 

El pasado Domingo, día 27 de Diciembre, Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el Papa ha celebrado el Jubileo de la Familia en Roma, rodeado de miles de familias del mundo entero, que se han unido en una ferviente oración. En esta ocasión el Papa Francisco nos ha marcado unas pautas para vivir este Año Jubilar.

 

La primera de ellas es la importancia de "peregrinar toda la familia junta, caminar juntos para alcanzar una misma meta. Sabemos que tenemos un itinerario común que recorrer; un camino donde nos encontramos con dificultades, pero también con momentos de alegría y de consuelo". Permanezcamos unidos todo el Movimiento Familiar Cristiano para seguir creciendo en misericordia y amor.

 

La segunda pauta es la Oración: ¿Qué puede ser más bello para un padre y una madre que bendecir a sus hijos al comienzo de la jornada y cuando concluye? Hacer en su frente la señal de la cruz como el día del Bautismo. ¿No es esta la oración más sencilla de los padres con sus hijos? Bendecirlos, es decir, encomendarles al Señor, -como hicieron Elcaná y Ana, José y María- para que sea Él su protección y su apoyo en los distintos momentos del día.

 

Y la tercera pauta, para este Año de la Misericordia, es hacer de cada una de nuestras familias "un lugar privilegiado donde se experimente la alegría del perdón. El perdón es la esencia del amor que sabe comprender el error y poner remedio. Donde hay amor, allí hay también comprensión y perdón. Os encomiendo a vosotras, queridas familias, esta misión tan importante, de la que el mundo y la Iglesia tienen más necesidad que nunca".

 

Querida Familias del Movimiento Familiar Cristiano les deseo un Feliz, Fructífero y Misericordioso Año Nuevo 2016, bajo la mirada protectora de la Sagrada Familia de Jesús, María y José.

 

Reciban todos mi gratitud y mi bendición

 

 

P. Pablo Hernando Moreno,  Asesor Nacional.


REFLEXIÓN DEL MES DE SEPTIEMBRE

 

Querida Familia Emefecista:

 

El pasado Jueves, día 3, hemos celebrado en la Arquidiócesis de Buenos Aires,  el "Encuentro Pastoral" de toda la Vicaría de Belgrano, con la participación de nuestro Obispo Mons. Alejandro Daniel Giorgi. Hemos reflexionado sobre el texto bíblico del encuentro entre Jesús de Nazaret y la mujer samaritana, que todos conocemos, pero me impactó las palabras del Señor que dijo: Yo les dará el agua necesaria para que se conviertan en  manantial  de agua viva, que brotara hasta la Vida eterna" (Jn 4, 14). 

Me parece que este es el gran objetivo del Mes de la Biblia, que es Septiembre, bajo el Lema: "Yo los llamó amigos" (Jn 15,15). Una verdad que nos invita a reflexionar acerca de nuestros conocimientos sobre la Palabra de Dios, que la Sagrada Biblia nos ofrece.

Debemos recordar el pensamiento de San Agustín, la Biblia es la Carta que Dios nos escribe para que descubramos el gran amor que nuestro Padre nos tiene a cada uno de nosotros. "La Sagrada Escritura nos muestra la admirable condescendencia de Dios, para que aprendamos su amor inefable y cómo adapta su lenguaje a nuestra naturaleza con sus providencia solícita", así nos enseña la Constitución dogmática  Dei Verbum  del Concilio Vaticano II, que ahora cumple su 50º aniversario.

La lectura y meditación de la Palabra de Dios, en particular durante este mes de septiembre, el mes de la primavera, nos ayudará a ser manantiales de agua viva, con la cual poder saciar la sed de gracia espiritual de cada una de vuestras familias, de los esposos entre sí, leyendo y comentando las páginas sagradas, y muy especialmente con vuestros hijos, tal como nos lo recomendaba el Papa Benedicto XVI, en su Exhortación sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia: 

"Del gran misterio nupcial, se desprende una imprescindible responsabilidad de los padres respecto a sus hijos. En efecto, a la auténtica paternidad y maternidad corresponde la comunicación y el testimonio del sentido de la vida en Cristo; mediante la fidelidad y la unidad de la vida de familia, los esposos son los primeros anunciadores de la Palabra de Dios ante sus propios hijos.

La comunidad eclesial ha de sostenerlos y ayudarle a fomentar la oración en familia, la escucha de la Palabra y el conocimiento de la Biblia. Por eso, el Sínodo dese que cada casa tenga su Biblia  y la custodie de modo decoroso, de manera que se la puede leer y utilizar para la oración. (Nº 85)".   

 

Quiero concluir esta reflexión con una explícita invitación, tanto para los Asesores como para todas las Familias del Movimiento Familiar Cristiano, a participar en el XXXIX Encuentro Nacional del MFC en la Argentina y XVIII Junta de Presidentes en Villa Giardino, donde vamos a reflexionar sobre los "temas del Sínodo Extraordinario del 2014 y de la XIV Asamblea General Ordinaria, que se celebrará del 4 al 25 de Octubre del presente año y particularmente vamos a unirnos a la Oración de nuestro Santo Padre Francisco en favor de la familia.

Nuestro Encuentro será, unidos al deseo del Papa, reflexionar acerca de "La Vocación y la Misión de la Familia en la Iglesia y en el Mundo Contemporáneo". Tiene tres momentos íntimamente relacionados: 

1º. La Escucha de los desafíos de la familia;

2º. El discernimiento de su vocación y

3º. La reflexión sobre su misión. 

 

Tratemos de poner en común nuestras sugerencias, realizadas en los primeros meses del presente año, para extraer las inquietudes de cada una de las Diócesis o Regiones y poder proyectarnos en una fecunda misión en el próximo año, el Jubileo de la Misericordia, siguiendo el deseo del Papa: "En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención" (Misericordiae vultus, nº 15).

Sigamos unidos en la oración rogando por la Familia. Con todo afecto y gratitud 

    

P. Pablo Hernando Moreno

Asesor Nacional.