Ejerciendo nuestra Responsabilidades como Padres
Lic. Héctor Lana, Lic. en Orientación Familiar
Cuando decidimos aceptar la gran misión que Dios nos pide como esposos, que es la de ser Padres, comienza una “tarea”de gran gozo pero también de responsabilidades.
Ser padres implica asumir lo que vamos a denominar “La responsabilidad parental” con nuestros hijos. Se debe ejercer a través de una serie de cuidados y decisiones que permitan asegurar el bienestar físico, emocional y psicológico de ellos.
Seguramente que este desafío de educarlos genere cierta incertidumbre, independientemente de si es el primero o el último de los hijos, cada uno de ellos presenta particularidades que pone en juego toda la atención de los padres.
Algunas recomendaciones para ejercer la responsabilidad parental de manera efectiva:
1. Comunicación: es importante mantener una comunicación abierta y honesta con los hijos. Escuchar sus necesidades e inquietudes, y brindarles orientación y apoyo.
2. Asistencia económica: se debe garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de los hijos, como alimentación, vestimenta y educación, pero también deben comprender el esfuerzo familiar que se hace para poder tener aquello que se necesita, esto les permitirá valorar lo que tienen y reciben.
3. Participación activa en la vida de los hijos: es necesario estar presentes en todas las etapas del crecimiento de los hijos, desde la infancia hasta la adolescencia, apoyándolos en su desarrollo.
4. Tomar decisiones importantes en conjunto: en situaciones importantes, como cambios de hogar o escuela, decisiones médicas o legales, ambos padres deben estar involucrados y tomar decisiones juntos.
5. Respetar el tiempo de convivencia: si se vive separados, es importante establecer acuerdos que permitan una convivencia adecuada entre los hijos y ambos padres, haciendo énfasis en la importancia de la responsabilidad compartida.
En síntesis, ejercer la responsabilidad parental implica ser activo, presente y responsable en la vida de los hijos, tomando en cuenta sus necesidades y trabajando en armonía con el cónyuge para asegurar su bienestar integral.
Como Padres, nuestro sentido de responsabilidad hacia ellos no dejará de estar, independientemente de la edad que tengan.
¡Disfrutemos siempre Educarlos!
¿Cómo estamos educando a nuestros Hijos?
Lic. Héctor H. Lana
Sabemos la gran responsabilidad que tenemos como papás a la hora de educar a nuestros hijos! ¿ Nos hemos preguntado, en esta vorágine de vida en la que estamos inmerso, como lo estamos haciendo?
En relación a los hijos, tenemos dos responsabilidades centrales de las cuales no podemos desentendernos. La función Nutritiva y la Normativa. La primera implica gestionar todo lo necesario para que tengan sus necesidades satisfechas, necesidades de tipo biológicas o físicas ( alimentación, vestimenta, educación, etc.)
La función normativa implica reglas y límites, establecer acuerdos, entre los padres, sobre comportamientos en el ámbito de la familia, compromisos y responsabilidades compartidas.
En estos tiempos, quizás, los padres tendemos a priorizar el cumplimiento de las funciones nutritivas, por lo que le dedicamos mucho tiempo a garantizar los recursos que los permitan. Esto implica, inexorablemente, incrementar horas de trabajo que van en perjuicio del acompañamiento físico de los hijos.
¿Quién puede cuestionar esta actitud de los padres? Todos deseamos que ellos tengan lo mejor y, en muchos casos, no pasen las necesidades que “nosotros pasamos”. Pero ¿qué ocurre con la función normativa? ¿Puedo llevarla adelante de la misma forma?
Esta pregunta es la clave. Los padres son los responsables directos de las conductas y comportamientos de los hijos, tanto a nivel familiar como social, por ello deben poder cumplir con su deber normativo.
Esta necesidad de autoridad y limites no debe ser entendida como “autoritarismo” extremo, donde los padres mantengan el orden a cualquier precio. Es lograr que los hijos vean en las reglas y límites que se imponen la necesaria educación de su personalidad.
El vínculo que se establece en el sistema familiar es bidireccional, allí padres e hijos se complementan mutuamente, se alimentan e enriquecen emocional y espiritualmente, donde las creencias y tradiciones familiares se comparten y trasmiten.
A partir de esta idea es que, como padres, debemos reflexionar la forma en que educamos a nuestros hijos. Aquí algunas particularidades sobre la Educación de los hijos:
Es Fundamental, debe ser asumida por los padres como responsabilidad propia e indelegable, nadie puede reemplazarlos en esta tarea.
Debe ser eminentemente práctica, el propio ejemplo, de los padres, de como actuar y responder a situaciones límites, son la mejor forma de educar.
Es siempre urgente y de presencia, sobre todo en estos tiempos donde la sociedad les brinda a los niños y jóvenes alternativas “motivadoras e interesantes” pero que están muy alejadas de lo que necesitan.
Debe ser abarcativa, debe responder a todas las necesidades de nuestros hijos. Hoy es evidencia la falta de contención emocional de los niños.
Se debe interrelacionar con otras instituciones y al mismo tiempo mantener su soberanía, y esto solo se logra con la presencia activa de los padres en la educación de sus hijos.
Para concluir, algunas claves que pueden ayudarnos en esta misión tan exigente, pero al mismo tiempo desafiante y maravillosa que es la de educarlos :
Debemos ser siempre Punto de Apoyo. En los padres deben encontrar resguardo ante la incertidumbre, temores o tristezas.
Practicar la Confianza plena en ellos, y esto solo lo lograremos si tenemos un diálogo abierto y sincero. Deben estar convencidos de que el lugar correcto donde hablar los temas es en “casa”.
Distancia y prudencia, como padres sabemos que la vida de nuestros hijos es de ellos, es nuestra responsabilidad acompañarlos para que sea la correcta y esto también implica darles su distancia, distancia donde observamos desde una cierta cercanía sin invadir su privacidad.
Y por último, empatía y tolerancia, empatía por lo que sienten y viven, entendiendo su conducta a partir de comprender su ciclo vital, tolerancia y comprensión, ante esas formas de expresarse que de algún modo, nos chocan.
Castro Sánchez, M (2019) plantea que es la familia quien tiene la misión central de la educación y la llevará adelante según el estilo educativo paterno que adopte. Animemos a ser parte de esta hermosa misión que Dios nos ha encomendado: ser educadores de Sus Hijos.
Lic. Héctor H. Lana
Licenciado en Orientación Familiar