El Movimiento Familiar Cristiano nació en Buenos
Aires, capital de la República Argentina, a fines de la década del 40.
Dos ideas básicas fueron las que motivaron a los
grupos iniciales: la espiritualidad conyugal en la que se centraron los equipos de Ntra. Sra. de París fundados por el Abate Caffarell en Francia y Bélgica y el apostolado familiar que realizaba
el Christian Family Movement de Estado Unidos y Canadá.
A fines de 1948, un grupo de matrimonios de la
Parroquia de San Martín de Tours de Buenos Aires, entusiasmados por estas ideas, pidieron al R.P. Pedro Richards C.P., promotor y transmisor de muchas de estas noticias, que encauzara estas
inquietudes de cultivar esta nueva espiritualidad que se manifiesta pujante en la Iglesia.
El 25 de noviembre de ese año se realizó por
primera reunión, precursora de este movimiento. Concurrieron a ella cuarenta y cuatro matrimonios que salieron presintiendo el nacimiento de un instrumento más de la Iglesia, que encauzaría el
cumplimiento del mandato de Jesús por el ancho canal del matrimonio y la familia.
De dicha reunión quedó constituido el primer grupo
MFC asesorado por el mismo P. Richards e integrado por los siguientes matrimonios: Juan Martín y Susana Biedma, Roberto y Chichita Cardine, Francisco y Marta Forniels, Pedro y Estela Lacau,
Saturnino y Elena Llorente y Ricardo y María Luisa Murtagh.
Esta riqueza y esta alegría fueron propaladas por
todos y a comienzos de 1949, estaban en marcha ocho Grupos de matrimonios bajo el nombre de “Reuniones de Nazareth”. Estos grupos eran asesorados por el Padre Richards. Los temas tratados
consistían en el estudio de la Encíclica “Casti Connubii”, la meditación del Evangelio y la llamada “encuesta social” con el método de ver la realidad ambiente, juzgar con la Iglesia para obrar
comunitariamente.
Al mismo tiempo surgieron otros grupos de
matrimonios en distintos lugares del país, con las mismas inquietudes y el mismo deseo de transmitir su vital experiencia. Surgió una necesidad de comunicación, de convivencia, de conocimiento y
como consecuencia, se realizó en Córdoba, en el año 1953, la primera Asamblea Nacional de los grupos de Nazareth.
De este intercambio de ideas surgió, evidente, la
necesidad de aunar esfuerzos, coordinar líneas de acción en una tarea apostólica eficaz. Los grupos se multiplicaron y muchos de sus componentes se lanzaron al apostolado matrimonial mediante las
Conferencias de Caná.
En 1955 comienza el apostolado para novios y en ese
mismo año se consolida la estructura de lo que se llamará, desde ese momento, Movimiento Familiar Cristiano.
En muchas diócesis los obispos dan su apoyo a este
nuevo movimiento de espiritualidad que se muestra pujante y pleno de ilusión y entusiasmo.
En vista de esta fuerza, el Episcopado Argentino
resuelve pedir al MFC la presentación de Estatutos. Así se hace y éstos son aprobados el 17 de diciembre de 1959.
Desde entonces el MFC fue creciendo y propagándose
aún más allá del Río de la Plata para toda Latinoamérica. En la actualidad reúne a 19 países latinoamericanos y se extiende por todo el mundo.
El Movimiento Familiar Cristiano nació en Buenos Aires, capital de la República Argentina, a fines de la década del 40.
Dos ideas básicas fueron las que motivaron a los grupos iniciales: la espiritualidad conyugal en la que se centraron los equipos de Ntra. Sra. de París fundados por el Abate Caffarell en Francia y Bélgica y el apostolado familiar que realizaba el Christian Family Movement de Estados Unidos y Canadá.
A fines de 1948, un grupo de matrimonios de la Parroquia de San Martín de Tours de Buenos Aires, entusiasmados por estas ideas, pidieron al R.P. Pedro Richards C.P., promotor y transmisor de muchas de estas noticias, que encauzara estas inquietudes de cultivar esta nueva espiritualidad que se manifiesta pujante en la Iglesia.
El 25 de noviembre de ese año se realizó la primera reunión, precursora de este movimiento. Concurrieron a ella cuarenta y cuatro matrimonios que salieron presintiendo el nacimiento de un instrumento más de la Iglesia, que encauzaría el cumplimiento del mandato de Jesús por el ancho canal del matrimonio y la familia.
De dicha reunión quedó constituido el primer grupo MFC asesorado por el mismo P. Richards e integrado por los siguientes matrimonios: Juan Martín y Susana Biedma, Roberto y Chichita Cardini, Francisco y Martha Fornieles, Pedro y Estela Lacau, Saturnino y Elena Llorente y Ricardo y María Luisa Murtagh.
Esta riqueza y esta alegría fueron propaladas por todos y a comienzos de 1949, estaban en marcha ocho Grupos de matrimonios bajo el nombre de “Reuniones de Nazareth”. Estos grupos eran asesorados por el Padre Richards. Los temas tratados consistían en el estudio de la Encíclica “Casti Connubii”, la meditación del Evangelio y la llamada “encuesta social” con el método de ver la realidad ambiente, juzgar con la Iglesia para obrar comunitariamente.
Al mismo tiempo surgieron otros grupos de matrimonios en distintos lugares del país, con las mismas inquietudes y el mismo deseo de transmitir su vital experiencia. Surgió una necesidad de comunicación, de convivencia, de conocimiento y como consecuencia, se realizó en Córdoba, en el año 1953, la primera Asamblea Nacional de los grupos de Nazareth.
De este intercambio de ideas surgió, evidente, la necesidad de aunar esfuerzos, coordinar líneas de acción en una tarea apostólica eficaz. Los grupos se multiplicaron y muchos de sus componentes se lanzaron al apostolado matrimonial mediante las Conferencias de Caná.
En 1955 comienza el apostolado para novios y en ese mismo año se consolida la estructura de lo que se llamará, desde ese momento, Movimiento Familiar Cristiano.
En muchas diócesis los obispos dan su apoyo a este nuevo movimiento de espiritualidad que se muestra pujante y pleno de ilusión y entusiasmo.
En vista de esta fuerza, el Episcopado Argentino resuelve pedir al MFC la presentación de Estatutos. Así se hace y éstos son aprobados el 17 de diciembre de 1959.
Desde entonces el MFC fue creciendo y propagándose aún más allá del Río de la Plata para toda Latinoamérica. En la actualidad reúne a 19 países latinoamericanos y se extiende por todo el mundo.
LA ANTORCHA DEL MFC
por Pablo y Marcela Cavallero
Posiblemente la mayoría de los miembros del Movimiento Familiar Cristiano conozca los tres encargos que su fundador, el R.P. Pedro Richards C.P., transmitió como legado para el MFC a los entonces presidentes nacionales, Jorge y Lucy Calvo, cuando estaba en su lecho, próximo ya a la muerte. Ellos son:
1) recen el Rosario todos los días;
2) hagan que la piedras que encuentren como obstáculos sean escalones para la santidad;
3) no dejen que se apague la antorcha del MFC.
El MFC exhorta a todos sus miembros a ser “buenos samaritanos”, como nos pide nuestro Papa Francisco:
que llevemos la buena nueva del Evangelio y la familia a cada rincón de la Argentina, sin excluir a nadie, para mostrar la belleza del matrimonio y la familia y curar las heridas de todos nuestros hermanos lastimados en los caminos del mundo.